El diablo un día fue un ángel, pero cuando las circunstancias lo ameritan ese ángel puede volverse el diablo, así como unos simples niños pueden volverse demonios.
La vida le dio tantos golpes que la dejo trastornada y envuelta en un sadismo que int...
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Aisha
Alguien toca a la puerta de mi oficina y al momento sé que es Dey, lleva desde el día siguiente que salimos viniendo a mi oficina a traerme un café y a platicar de chismes de la central, podría hasta considerar que se está volviendo una amiga, al igual que Nick que siempre me espera para que salgamos juntos de las instalaciones, aunque cada uno traiga su propio auto.
Abren la puerta y entra Dey muy contenta con dos cafés y se sienta en uno de los sillones que tiene mi oficina poniendo los cafés en la mesita de centro.
— Ay estoy agotada — hace un movimiento exagerado acostándose en el sillón — no sé cómo le haces tu para aguantar trabajar en todo lo de administración, aparte que entrenes y hagas pruebas físicas, sin contar que llevas tu vida personal, yo quiero esas habilidades eres como una súper humana — yo suelto una leve risa por sus palabras.
— No soy una súper humana, pero tal vez sea un alíen y no lo sabes — le digo algo divertida a lo que ella se vuelve a sentar y entrecierra sus ojos mirándome muy fijamente.
— Podrías serlo, eres demasiado bonita para ser humana, ¡ya te atrapé alienígena! — levanta la voz para después empezar a reír al igual que yo.
— ¿Estas lista para ir a torturar soldados? — pone una sonrisa maliciosa.
— Lo disfrutas mucho, tal vez la siguiente sea para el equipo — veo como palidece.
— No, no y no, no me tortures de esa manera, pasar ese circuito es un infierno — dice aterrada.
— Bien de todos modos ¿de que sirve adelantarlo si lo van a hacer la siguiente semana? así que prepárate.
— Bien la siguiente semana ya abre dormido más — Dice mientras sus mejillas se poner rosadas.
— Y ¿Por qué no has dormido esta semana? — le digo viéndola fijamente a lo que ella se remueve en el sillón
— Bueno, es que desde ese día que salimos pues cuando llegamos a casa de Nick el me presto una de sus camisas para que pudiera dormir y me dijo que podía quedarme en una de las habitaciones de huéspedes si no me sentía cómoda durmiendo con él, así que decidí tomar el primer paso y cuando termino de decirme eso yo me lance a besarlo, así que follamos y ha pasado eso varias veces y esta semana los dos estábamos con muchas ganas entonces casi no dormimos por hacerlo.
— Gracias al cielo lo hicieron, a los dos se les notaba lo urgidos que están por cogerse entre si.
— Oh vamos claro que no.
— Lo note en los primeros dos minutos de hablar con ustedes, solo ustedes dos no lo notaban, deberían ir al oculista.
— Ay pero que pesada eres — dice riendo.
Nick entra sin tocar y se sienta junto a Dey tirando su cabeza hacia atrás cerrando los ojos.
— Creo que deberías aprender a tocar Nick ¿Qué tal si estaba haciendo algo que no podías ver? — le pregunto.