Aisha
4 año después de la muerte de Dimitri.
— Cariño, ya llegué — se escucha la voz de Kurt en la planta de abajo.
— Ya voy, estoy terminando de vestir a Kira — le contesto.
Termino de ponerle su vestido a Kira, ella ya tiene 5 años y cuando la veo lo único en lo que puedo pensar es en Dimitri, es muy parecida a él, tiene sus ojos y su cabello es rizado como lo era el de él, tiene mi tono de cabello, ella es una perfecta y hermosa niña la que creamos juntos, aun me duele haberlo matado, pero son cosas que debían pasar, era lo que debía hacer.
Tomo la mano de Kira para que bajemos las escaleras y ahí está Kurt parado esperándonos, Kira al verlo se suelta de mi mano y termina de bajar las escaleras para correr a él, él se agacha para recibirla y la carga mientas ella pone sus pequeños brazos alrededor de su cuello.
— Papi, ya llegaste — le dice ella.
— Si mi vida, ya llegué — dice dándole un beso en la mejilla.
Kira ha crecido estos años con Kurt como una figura paterna, ella sabe que tiene otro papi que ya no vive, pero que la cuida de donde sea que este, al mostrarle fotografías de él ella siempre dice que es su papá, pero para ella también Kurt lo es y es algo que a Kurt no le molesta.
Me acerco a Kurt para saludarlo y el me da un casto beso en la boca a modo de saludo, Kira hace un sonido como si le diera asco que a Kurt y a mi nos causa gracia y después él toma el abrigo de Kira del perchero para colocárselo y poder salir de la casa.
Salimos y mis hombres se apresuran a asegurar el área mientras subimos a nuestro auto y arrancamos, desde que Dimitri murió la Bratva quedo en mis manos y mi hija es la siguiente para el puesto de Koraleva y también es la siguiente en el linaje Bidognetti, ella está destinada a liderar ambas mafias, así como yo un día lo estuve y estoy haciendo.
Kurt y yo nos casamos hace un año, a veces me siento culpable por casarme, por estar con otro hombre al que amo, aunque no sea de la misma manera en la que una vez ame a Dimitri, con Dimitri cada momento era algo intenso, era estar en una montaña rusa de emociones, él podía afectarme con tan solo una palabra, pero el amor nos hace débiles, eso es algo que yo misma comprobé con mis padres y que viví al sentirme perdida los dos meses que no estuve con Dimitri.
A veces me pregunto qué hubiera pasado si no hubiera asesinado a Dimitri, pero después dejo de lado esos pensamientos porque lo cierto es que no puedo deshacer lo que hice y que sobre todo no lo cambiaria, mi objetivo siempre fue tener en mi poder a las dos mafias, recuperar lo que por derecho me pertenecía y como bien lo dije no necesitaba a un hombre a mi lado que me lo diera, nunca necesite a un hombre que buscara entregarme todo, porque yo misma lo podía conseguir, así que cuando lo obtuve no titubeé para acabar con la persona que podría quitármelo todo si algún día decidía que ya no me amaba, lo mate porque lo amaba, lo mate porque era mi debilidad y lo mate porque me aterraba más la idea de que algún día me dejara a la idea de que muriera en mis manos.
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Sádica y trastornada
Teen FictionEl diablo un día fue un ángel, pero cuando las circunstancias lo ameritan ese ángel puede volverse el diablo, así como unos simples niños pueden volverse demonios. La vida le dio tantos golpes que la dejo trastornada y envuelta en un sadismo que int...