Capitulo 26

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Aisha

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Aisha

<<Piero y Aisha>> los malditos hijos de puta tuvieron el descaro de ponerle mi nombre, fue mi jodido remplazo, si yo estoy enferma mentalmente ellos lo están más — ¿En que demonios pensaban? — me quedo analizando y decido salir de ahí, ya fue suficiente.

— ¿Estas bien Aisha? — me cuestiona Dimitri siguiendo mis pasos.

— Lo estaré cuando haga que esos mal nacidos griten de dolor — le aseguro.

Caminamos hasta llegar al cuarto de tortura donde los tienen amarrados el techo, apenas sus pies logran tocar en la punta el piso y sus manos están amarradas del techo. Me acerco a la mesa donde hay un taser que tomo y llego directamente a Stella, mi madre, pero cuando estoy a punto de usarlo Dimitri me detiene el brazo.

— Con eso los dejaras inconscientes muy rápido, mejor usa una navaja, cuando ya no aguantes sus sollozos los desmayas — me aconseja.

Me suelta, yo regreso a la mesa y dejo el taser en la mesa, tomo una de las navajas y la coloco un poco sobre uno de mis dedos para probar el filo y al instante me corta. Camino segura a la mujer que una vez fue mi madre y cortando sus pantalones le comienzo a hacer heridas, no muy profundas para que no se desangre, pero lo suficiente para que le duelan.

— Malditos enfermos, ponerle mi nombre a su nueva hija, me dan asco — digo haciendo una herida un poco mas profunda a lo largo de su pierna.

— ¿Qué querías que hiciéramos? Solo queríamos una hija menos dañada — dice ella con deje de dolor.

— Pues su intento les salió mal, porque ¿Adivinen quien la va a volver igual de loca?

— Déjala en paz Aisha — me dice mi padre.

— Yo toda mi vida pensé que eras un ejemplo — digo dejando a mi madre — el Boss más sangriento y letal que había existido, pero todo fue una mentira — digo llegando a su sitio.

— Yo solo quería a tu madre y buscamos la manera de tener una vida tranquila los dos juntos — me indica y no lo comprendo.

— ¿De qué hablas?

— Vladimir Sigarev me busco, dijo que jamás podría estar con Stella por el hecho de que ella estaba casada, así que hicimos un trato, yo fingía mi muerte y te abandonaba para que así el te entregara a Massimo y ella también fingiera que el la mando a desaparecer, así tu quedarías como la ultima Bidognetti del linaje y nosotros quedaríamos sin responsabilidad, Vladimir como el Boss y Massimo como el líder.

Sus palabras me llegan, tuve la idea del perfecto padre que me protegió de la mafia hasta que lo mataron y ahora toda la farsa se cae, el permitió todo lo que me paso, ellos me arruinaron, ellos son los culpables de todo.

Me alejo unos cuantos pasos de el y es cuando capto que Dimitri se acerca a él golpeándolo una y otra vez en el rostro, después se acerca a mi y me entrega otra navaja. Me toma de la cara y me hace verlo a los ojos.

Sádica y trastornadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora