Natasha's pov:
Llegamos a una especie de feria. Tuvimos un viaje de media hora hasta llegar a la ciudad más cercana a la isla de Wanda. ¿Suena loco, no? Una isla, joder. Cuando era pequeña vivía en un departamento, ni siquiera teníamos un patio, no fue hasta los cinco cuando Yelena nació, que yo conocí una casa con patio, y ahora vivo temporalmente en una isla privada.
-Supe de este sitio por Coulson, traerá a su esposa mañana. - Murmuró Wanda. - Me gustaría saber si te gusta, así podríamos traer a los niños.
Asentí lentamente tomando su brazo. Wanda iba con una camiseta negra ajustada, jeans negros y bastante pegados a su cuerpo. Es mucho más alta que yo, cosa que me gusta bastante, yo simplemente opté por jeans y una blusa.
-Te ves hermosa, por cierto. - Murmuró ella mientras caminábamos por la feria. Las luces cálidas y las voces de toda la gente disfrutando hacían de esta noche una gran velada. Wanda sabe cuanto amo éstas cosas, nuestra primera cita fue a un parque de diversiones, subimos a una montaña rusa y vomité sus zapatos.
De fondo sonaba when we where young de Adele, por todo el espacio. Llegamos hasta una especie de restaurante al aire libre, Wanda me señaló una mesa en el final, bastante adornada.
-Esa es nuestra mesa.
Caminamos hasta allí y ella movió la silla para mí. Me senté y ella se sentó en frente.
-Bien, quiero que disfrutes esta noche, es sólo nuestra, los niños están con Kingo y Greg.
-¿Quién vino con nosotras? - Pregunté.
-Ikaris y Coulson. - Murmuró. - Están camuflados en algún lugar.
Asentí lentamente y vi las fresas con chocolate en la mesa.
-Me encantan. - Murmuré. - Son mis favoritas.
-Lo sé, eso y el champagne. - Murmuró Wanda. - También pedí de aquellas ensaladas que te gustan y de postre helado de vainilla, chocolate y pistacho.
-¿Estás intentando reconquistarme? - Pregunté burlona y ella asintió.
-Hace bastante, desde que llegué de hecho, pero no quería presionarte y... - Comencé a reír y uní nuestros labios antes de que siga hablando. Ella habló de manera ahogada hasta que me alejé. - Y ahora al fin me notas. - Acabó su discurso.
Solté una risita y volví a besarla cortamente en los labios.
-Es que otra vez me gustas más que nada... - Murmuré. - En serio, siento que... Nos merecemos una segunda oportunidad.
-Por eso iremos a una montaña rusa luego de comer.
-¿Qué? - Dije espantada. - Wanda, voy a terminar vomitandote. - Dije rápidamente. - No iré.
-Iremos.
-No.
-Sí.
-Wanda.
-Natalia.
-Basta.
-Tú, basta.
-No, tú. Basta, Wanda. - Gruñí. - No quiero cometer los mismos errores que hace años. - Dije burlona. - No voy a vomitarte.
-Yo tampoco. - Dijo rápidamente. - Es decir, la parte de los errores, yo jamás te vomité. - Murmuró. - No quiero cometer los mismos errores que cometí contigo, Nataska. - Murmuró y mi espalda sintió una corriente recorrerla. Ella sabía lo mal que me ponía que usara aquél acento conmigo. - Quiero hacer bien las cosas, quiero cuidarte pero también... Quiero que sepas que es lo que hago, y que luego de cerrar éste caso, prometo que me retiraré, podríamos mudarnos, o podríamos vivir donde quieras, me encargaré de que nadie sepa de nosotros, yo... Sólo quiero que sepas que realmente estoy aquí, estoy en esto contigo, y me siento mucho más comprometida con nuestra familia. Tanto o más que antes.... ¿Qué dices? - Preguntó temerosa mientras yo bebía del champagne que Wanda me había servido.
-Digo que... ¿Dónde firmo? - Pregunté sonriente.
Wanda mordió su labio inferior y luego pasó lentamente su lengua sobre ellos.
-En mi boca. - Murmuró. Uní nuestros labios. Realmente es lindo volver a sentirme así, Wanda es linda conmigo, aprende de nuestros hijos, los educa con amor y... La terapia ha sido fundamental en nuestra vida familiar. Wanda aprende a lidiar con su infancia, adolescencia y juventud, yo aprendo a no culparla, y a dejar ir todos esos sentimientos malos, mientras más avanza el tiempo, todo ese amor incondicional y libre que nos teníamos vuelve, Banner es realmente un gran terapeuta y está muy comprometido con sus pacientes, al igual que su esposa Helen quien trata a los niños, ambos están bien por suerte, aparentemente ninguno está realmente asustado al saber a que se dedica su madre, y tampoco temen a los incidentes con armas.
Estoy feliz de encontrarme bien al fin, siento que han pasado años desde que sentí tanta paz.
Pasó aproximadamente media hora entre charlas y besos mientras apenas y tocábamos la comida, sin duda estaba deliciosa, pero no estábamos prestando la suficiente atención a lo que era la comida, porque no dejábamos de besarnos o hacer bromas estúpidas recordando nuestros años de noviazgo.
-Olvidate de ésto. - Murmuré rozando mis labios con los de Wanda. - Vamos al yate...
-¿A qué? - Preguntó ella y yo sonreí.
-Sabes a que... Somos adultas, nos gustamos... Vamos.
Sonrió levemente, tomó mi mano y salimos del lugar rápidamente. Wanda llamó a Coulson y le informó que iríamos al yate.
-Tómate la noche, Coulson. Nos vemos en la mañana, sí. Yo llevaré el yate, no te preocupes. Gracias. - Murmuró y caminamos hasta el puerto en medio de la noche. - ¿De verdad quieres ir a hacer el amor? - Preguntó y asentí.
-¿No se supone que es un acuerdo entre ambas? - Preguntó. - Yo quiero, ¿tú quieres?
-Contigo, siempre. - Murmuró ella tomando mi cintura y besando mi cuello. - Quiero hacerte el amor toda la noche y...
-¿Y? - Pregunté sintiendo aquellos nervios a flor de piel mientras sentía sus manos apropiarse de mi cintura.
-Quiero que seas mi novia luego de eso. - Murmuró Wanda. - Ya sé que luego de una primera cita es apresurado, pero... Nos casamos antes, creo que...
-Acepto tu trato, pero quiero tres orgasmos a cambio. - Bromeé.
-No todo es un trato, Nataska... Pero también acepto ese reto. - Murmuró ella sonriente.
Nota de autor:
¡Hey! ¿Ya comieron? ¿Cómo van?
El siguiente es +18 o +21, para que sepan.
-Codex.
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¿Gemelos? [g!p] ; scarletwidow - Wandanat
FanficTommy y Billy jamás creyeron que un simple viaje a un campamento de verano al norte de California podría significar una reunión familiar no planeada, llena de fantasmas del pasado, y... ¿Por qué no? Algo de amor reprimido. -¡Tommy, somos gemelos...