¿Gemelos? [g!p] ; scarletwidow - Wandanat

59° [FINAL]

Wanda's pov:

-Ekaterina se parece a Natasha. - Murmuró Yelena mientras bebiamos café en la cafetería.

-Sí, aunque ambas parecen una pequeña Natasha. - Murmuré. - Alaska tiene sus ojos. Esos ojos felinos y atrapantes.

Yelena asintió lentamente.

-Sí. - Murmuró.

-¿Pasa algo? - Pregunté y ella negó. - Anda, dime.

-Es absurdo. - Murmuró encogiendose de hombros.

-No lo es si te importa. - Murmuré y ella sonrió levemente.

-Me hace feliz que estén así de felices, creí que me costaría más, sin embargo... Puedo con ésto. - Murmuró y aparté la mirada. - Pero aquí estamos y... Me hace feliz verlas felices.

-¿Todo bien entre nosotras? - Pregunté.

-Todo perfectamente bien. No estabas tan linda. - Bromeó y sonreí levemente.

-Entonces todo superado... - Murmuré y suspiró.

-No, pero pronto. - Murmuró. - Espero no verte más y asumir que ésto no volverá a pasar. Además, volví a charlar con Kate.

-¿Bishop? - Pregunté sonriente y ella asintió. - ¿Y qué tal?

-Creo que... Podría funcionar. - Murmuré. - Es linda y me gusta. Tal vez con mucha suerte lograré tener mi propio romance y dejar de sentirme cupido.

Solté una risita y tomé su mano. Besé sus nudillos antes de observarla fijamente.

-Te mereces ser feliz, mereces a alguien que te ame con cada fibra de su ser, Yelena. - Murmuré. - Mereces ésto y mereces que resulte bien...

-No me digas cosas tan lindas. - Murmuró. - Intento olvidarte, ¿lo recuerdas, no? - Preguntó burlona y comencé a reír.

-Lo recuerdo, Yels. Todo bien con eso. - Murmuré. - Y espero que realmente lo consigas y ames a alguien que se merezca todo ese corazón gigante.

-Sí, bueno... - Murmuró. - La jefa de todo necesita una esposa. Ya voy por los treinta y quiero sentar cabeza...

-¿Y Kate?

-También... - Admitió. - Veremos si nos enamoramos y... Que resulta, básicamente nuestro compromiso es arreglado pero... Sólo porque ambas queremos ésto.

-No entiendo a la juventud. - Murmuré burlona. - Pero me parece bien que intentes sanar, y enamorarte... - Sonreí. - Espero que su boda sea en el hotel de mis hijos.

-Allí será. - Sonrió. - Tommy ya hizo negocios conmigo y tenemos un acuerdo sobre el día en que consiga esposa.

Comencé a reír a carcajadas. El hotel aún no abre y Tommy está haciendo promociones por muchos lados. Él realmente está feliz de inaugurar el hotel.

-Tommy tiene prioridades.

-Es muy terco. - Murmuró. - Tanto como tú, si se propone algo, no se detiene hasta conseguirlo...

-Es mi pequeño. - Murmuré sonriente. - Creció conmigo, es todo un Maximoff.

-Billy por su parte está más preocupado de sus hermanas.

--Ha de estar con Nat en la habitación. - Murmuré. - Él quería ayudarla, Tommy está con Alexei hablando sobre asuntos de papeleo, él quiere aprender a manejar su hotel.

Yelena sonrió.

-Tus hijos son adorables, Maximoff. Tienes suerte de tener una familia tan linda.

-Supongo que nunca me rendí con mi familia y mantener a flote ésto... - Suspiré. - Cuatro balas y casi quince años. - Me reí. - Oh, Dios. Que familia de locos.

-Deben existir peores. - Me animó Yelena. - Leí sobre la posibilidad de que existan más universos con versiones nuestras viviendo sus propias historias. Kate ama eso, ya sabes... Le gusta la ciencia ficción y lee muchos libros, cómics...

-¿Crees que más Wandas? - Pregunté sonriente. - Debo ser la que peor suerte tiene.

-De seguro hay otras peores. - Murmuró Yelena mientras comía una dona. - Tal vez hay una Natasha que te embarazo.

-¿Bromeas? - Me reí. - Natasha es... No podría imaginarmela embarazandome, ella ama gestar. Sería extraño verla a ella siendo la que compra los preservativos.

Yelena comenzó a reír.

-Muy cierto. Probablemente le habría puesto Nathe a su hijo, porque es una egocéntrica.

-Me gusta ese nombre. - Murmuré. - Tal vez hay Wandas y Natashas que no pueden tener bebés entre ellas y debemos recurrir a algún Pietro o Clint.

-Sobre eso quería hablar... - Comenzó ella. - Quiero tener un bebé y... Primero charlé con Nat, para ahorrarte esta charla, ahora quiero saber tu opinión y si estás de acuerdo... Y quieres ayudarme. - Murmuró observando sus manos. - Iré al grano, quiero un bebé y me preguntaba si podrías ser mi donante.

-¿Qué pasó con eso de no querer bebés? - Pregunté sorprendida y ella giró los ojos. - Es decir, yo encantada te ayudaría, es solo que se me hace extraño, ya que cuando salíamos... Me dijiste más de diez veces que no querías tener bebés y...

-Tuvimos sexo una vez y eso bastó para entender que... - Observó sus manos nuevamente. Siempre hace eso. - Quiero un hijo que me acompañe en mis aventuras, me gustaría guiar a alguien y... Educarlo bien, me gustaría tener un compañerito de juegos, a alguien a quien amar sin complicaciones.

-¿Mamá soltera? - Pregunté y ella asintió.

-No necesito de una novia o novio que me autoricen a querer formar una familia. Quiero estar embarazada y... Creo que tus genes son buenos, mis sobrinos son lindos y quiero un bebé así de lindo.

-¿No te molesta que yo no me haga cargo? - Pregunté y ella negó rápidamente.

-Lo que quiero es un bebé. No una madre para el bebé. Quiero que sea mío, y si algún día consigo pareja formal, y quiere criarlo conmigo y adoptarlo, todo bien, pero... Es mi decisión. Quiero estar embarazada.

Asentí lentamente. Se lo debo y... Quiero ayudar.

-¿Dónde firmo entonces? - Pregunté sabiendo que ya nada podría sorprenderme en esta locura a la que me tocó llamar vida.

Nota de autor:

Denme 5 minutos, falta el epílogo ahre.

-Codex.