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Natasha's pov:

Wanda estaba sentada en el bar bebiendo una soda. Mis hijos estaban jugando videojuegos con Coulson y Greg en la otra cabina y yo realmente no sabía que más hacer.

-¿Por qué no te sientas? - Preguntó Wanda sin darse la vuelta a verme.

-¿Cómo supiste que estaba aquí? Ni siquiera traigo tacones.

-La forma en la que la afombra sonó bajo tus pies, casi inaudible pero el roce me dijo que eras tú. No más de sesenta kilos.

-¿Cómo sabes eso?

-Soy espía. - Murmuró. - Sé cuando alguien está caminando tras de mí con intenciones de matarme. - Insistió y solté una risita.

-No quiero matarte. - Comenté sentandome frente a ella. - Sólo quiero... No aburrirme tanto en éste vuelo eterno a no sé donde.

-Las Bahamas, Natalia. - Murmuró Wanda. - Soy espía y tengo dinero, no soy narcotraficante ni conozco los lugares más recónditos del mundo.

-Sigue siendo una isla privada. ¿Qué tan grande es la casa?

-¿La principal? - Preguntó.

-¿Hay más? - Dije sorprendida.

-La de mis trabajadores, ya sabes, quienes hacen compras, cuidan del lugar, etcétera. - Murmuró. - La esposa de Coulson y sus niños viven allí, podrían jugar con nuestros hijos.

Asentí lentamente mientras Wanda continuaba con su soda.

-¿Tienes algo más fuerte para beber? - Pregunté algo estresada.

La idea de una isla privada sonaba agobiante, es mucho espacio, es demasiado. Siempre supe que Wanda tenía dinero, y yo viví en una familia acomodada pero no éramos gente de lujos, a día de hoy me los puedo permitir por mi empresa de modelos y las líneas de ropa que lanzamos, pero eso me tomó años de trabajo, hoy tengo grandes diseñadores con líneas propias que son patrocinados por mi empresa y eso me genera buenos ingresos, sin embargo pasé tanto yo misma usando la máquina de coser hasta llegar aquí y poder dedicarme a solamente ver lo que irá en las revistas de moda y promoción, fotografiar, ver modelos y que el resto haga todo, que de pronto todo lo que Wanda tiene se me hace demasiado.

-Tengo... Soda cáustica. - Murmuró burlona y yo comencé a reír.

-Okay, mejor dame una de dieta.

Ella se puso tras la barra y sacó una coca cola entregandomela.

-¿Todo bien? - Preguntó.

-¿Qué tan grande es la casa? - Insistí.

-Bueno, veinte habitaciones y veinte baños, sin contar los cinco salones, las dos cocinas, los comedores y... Salones recreativos de música, lectura, el cine... Ya sabes. - Murmuró.

-Muy normal. - Murmuré mareada. - ¿Y dónde estudiarán ellos?

-Hay maestros. - Murmuró Wanda. - Haré un contrato con alguna escuela que me permita enviar sus exámenes. Clint ya está en eso, no te preocupes.

Asentí bebiendo de la coca cola. Wanda solamente me observaba en silencio y yo aparté la mirada observando la pared de colores. El avión es lindo.

-¿Por qué me miras? - Pregunté luego de un rato.

-Porque eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida. - Murmuró. - Eso y estoy muy enamorada de ti, tanto o más que cuando nos conocimos.

Me sonrojé y dejé de beber la gaseosa.

-Gracias. Iré a ver a nuestros hijos.

-Te daré tu espacio. - Murmuró ella deteniendome. - Pero... ¿Existe la posibilidad de que alguna vez vuelvas a amarme? - Preguntó ella con la voz ronca.

Levanté la mirada y me acerqué hasta ella uniendo nuestros labios lentamente.

-Yo ya te amo, sólo... Necesito perdonarte y... Quiero que te ganes eso. - Admití. Wanda unió nuevamente nuestros labios y pasó sus manos por mi cintura con suavidad. - Y necesito tiempo...

-Te daré el que quieras... - Murmuró ella. Mis manos recorrieron su espalda trabajada sobre la tela de su camisa negra. - Lo juro, esperaré todo lo que deba esperarte.

Uní una última vez nuestros labios y me alejé.

-No soporto odiarte y amarte al mismo tiempo. - Admití. - Necesito que después de ésto, no vuelvas a besarme. Me hace daño, me hago daño yo sola buscándote.

Ella asintió y soltó mi cintura dándome un corto abrazo antes de separarse por completo.

Me alejé yendo a ver como seguían mis hijos. Ésto es demasiado.
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Me dormí junto a Tommy y Billy, desperté mientras Wanda tomaba a Billy y se lo entregaba a Coulson en brazos. Me estiré y la castaña me dedicó una sonrisa.

-Ya bajamos y nos llevan, hay que cruzar media hora en barco. Nada mas.

Asentí lentamente y Wanda estiró su brazo, lo tomé y salimos del lugar con cautela. Subimos al yate de Wanda, estoy cansada y solamente he dormido. Tuve un sueño erótico y creo que eso ha hecho que me canse más.

Soñé que teníamos sexo en la cabina del avión, lo cual no habría tenido sentido sin embargo no puedo dejar de sentir deseo por ella mientras voy a su lado.

Wanda huele muy bien, eso me mantiene alerta. El olor a colonia que emana de ella es delicioso.

Subimos al yate y mis pequeños fueron recostados en su habitación. Wanda me invitó a la otra habitación por si quería dormir.

-Aquí podrás descansar. - Murmuró ella. - Iré abajo, si necesitas algo puedes presionar el botón azul y estaré aquí.

Es sexy. Es muy sexy.

Antes de que Wanda salga tomé su camisa y la lancé a la cama subiendo sobre su cuerpo.

-¿Qué pasó con eso de darte espacio? - Preguntó ella nerviosa.

-Cállate y déjame echar a perder ésto una última vez...

Nota de autor:

¡Hey! Lamento la tardanza.

¿Cómo están?

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-Codex.

¿Gemelos? [g!p] ; scarletwidow - Wandanat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora