Capítulo XI

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Otro día estaba empezando.

Sus ojos negros se abrieron con los primeros rayos del sol que entraban por el tragaluz que había sobre ellos.

Rascó su cabeza y luego hizo todos sus mechones hacia atrás. Estaba aún algo adormilado que no se dio cuenta de que no estaba completamente solo.

Estiró sus brazos a los costados, pero el derecho quedó sobre alguien más que estaba en la cama. Al girar su cabeza para identificar que había a su lado abrió grandes los ojos al ver que era nada más y nada menos que Granola.

Este estaba acostado boca abajo con su rostro volteado hacia él. Todavía dormido a pesar del ligero golpe, aunque eso era de esperarse, tenía el sueño algo pesado y era mejor dejarlo dormir, recordó lo de esa noche y seguramente estaba cansado.

Se acercó un poco y dejó un beso en su rostro. Este se movió un poco y sonrió aún dormido. Se le hizo tierno verlo sonreír, casi siempre estaba con ese semblante serio.

Se sentó en la cama siendo cuidadoso de no moverla demasiado.

Vaya noche que tuvo con el peli-verde, recordar cuando lo tomó por la cabeza y le susurró al oído que empezara lo hacía suspirar.

Sin embargo, sus intenciones aún no eran claras. ¿Black de verdad quiere a Granola o solo está actuando para que lo deje tener sexo con él? Sus primeros intentos lo incriminaban, pero su confesión a Oatmeal era lo que lo podría arruinar por completo.

Oatmeal podría decir que fue lo que él tenía en mente. Y si estaba equivocado, cosa que aún no sabemos bien, provocaría la caída de la confianza de Granola en Black.

Se mantuvo allí, viendo las botas del menor. Parecía estar más dormido que despierto, pero en realidad tenía un dilema interno para saber... ¿Qué sentía en realidad por Granola?

¿Era cariño, era amor o solo conveniencia? El último quería descartarlo del todo, pero aún quería encontrar a Goku y Vegeta, eso no le daba ningún punto a favor.

Pasaban los minutos y aún no llegaba a una respuesta, no sabía qué sentir por el hombre que estaba acostado a su lado. Había un gran problema en su cabeza.

Mientras estaba conectando cables alguien ya había despertado. Luego de acostumbrarse a la luz del sol sus ojos se posaron en el pelinegro que estaba sentado a su lado dándole la espalda.

Apoyó sus manos al colchón y se sentó también. Se acerca arrodillandose detrás de él; por el movimiento Black salió de su trance, pero antes de voltear fue abrazado por la espalda.

—Buenos días, Black.

—Hola.

—¿Por qué estás despierto tan temprano?—toma su mejilla y gira un poco su rostro para darle un beso cortito.

—mmh... No, nada en especial—le sonríe.

Granola no dijo nada más, solo colocó su mentón sobre la cabeza del mayor y con sus manos acariciaba esos mechones puntiagudos que tenía.

—Granola...

—¿Sí?

—Tú... supongo que estabas confundido con respecto a lo que sentías, ¿Cierto?

—Pues sí, ¿Pero por qué la pregunta?

—¿Qué hiciste para poder comprenderlo?

—Eh... eso es complicado, Black. Quizás... solo tienes que hacer lo que yo. Dejarte llevar por lo que crees que es correcto. Aún estás indeciso, ¿Cierto?

—No, bueno... no quiero que lo tomes a mal. Solo... no sé qué pensar, nunca había sentido éstas cosas humanas y no estoy completamente seguro de nada.

—No lo tomo a mal, en realidad comprendo que estés confundido ahora que... bueno, estamos juntos. Pero tómate el tiempo que necesites.

—Corazoncito, gracias...—mira hacia arriba y Granola le mira, toma el rostro del mayor y le planta un beso.

Hablando se resolvían los problemas.

Black había sido sincero con él, pero...

Él aún no tenía el valor de decirle sobre el poco tiempo que le quedaba y él tampoco quería pensar en eso.

¿Qué iba a hacer ahora?

¿Qué debía de hacer?

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𝕿𝖗𝖆𝖙𝖔 𝖈𝖔𝖓 𝖊𝖑 𝖉𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔 •~𝔅𝔩𝔞𝔠𝔨 𝔵 𝔊𝔯𝔞𝔫𝔬𝔩𝔞~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora