Capítulo XXIII

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El amor no dura ni te abre las puertas de todo, a quien te diga eso, partele la cara y ábrele los ojos.

Todos lo aprendemos a la mala, pero dile la verdad. Aunque no te escuche... volverá porque sabrá que tenías razón.

El placer... es momentáneo, pero queda gravado en tu piel hasta tu lecho de muerte.

¿Y qué mejor tatuaje que una noche con dos hombres que solo tratan de animarte y hacerte sentir mejor? Vamos... una experiencia inolvidable y quizás irrepetible es muy tentadora.

No iba a perder la oportunidad.
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—Granola... ¿Estás seguro?

—Sí. Vengan de una vez...

—No estoy seguro de esto...

—Ven, Kakarotto.

Se levanta de la cama—Vamos, Goku...—acaricia su pecho y luego toma su rostro, une sus labios, al menor le costó un poco pero al final terminó por corresponder; el peli-verde fue tomado por las caderas y pegado al cuerpo del otro—Mmh... ¿ves que sí quieres?

El otro sonrojado miraba hacia un costado, avergonzado por eso.

Granola lo guió hasta la cama y lo empujó en esta, el otro cayó de espaldas mirando a los dos hombres que tenía enfrente. Vegeta se subió con él y bajó la parte de encima del Gi anaranjado, luego empezó a subir su polera azul oscuro. Se acostó a su lado de lateral y comenzó con caricias en su pecho y abdominales.

Granola también se acostó de la misma forma pero del otro lado. Quitó uno de sus guantes junto a la tela de abajo, luego la metió dentro del pantalón y ropa interior del menor. Con los roces de sus dedos en su miembro, este comenzó a erectarse, sonrojando mucho a ese peli-palmera que mordía su labio inferior y respiraba cada vez más agitado.

—Oh... Kami...

El mayor se dispuso a estimular sus testículos, sonreía al ver que Goku ya estaba cediendo debido al placer, tanto así que bajó su mano y desenredó su cinta azul.

—Sube...—le dijo a Vegeta, este sonrió e hizo caso. Se subió en su abdomen sin rechistar, Goku empezó a subir el traje de látex y acariciaba sus grandes pectorales con una mano y con la otra atrajo a Granola hacia él. Lo besó de una manera algo vulgar, pero era lo que pedía el momento.

—¿Para mí no hay beso?

Granola lo mira mientras se separa de Goku, deja en paz la erección del último mencionado y se endereza un poco para plantarle un beso al saiyan mayor.

Solo la luz tenue de una farola de mano los alumbraba.

No había duda de que todo eso no implicaba amor real, pero tampoco era solo por satisfacción propia, sino por la de los otros dos también.

Una salida de la depresión bastante cuestionable para Granola. Y también un giro que ni él mismo se esperaba, teniendo sexo con sus, anteriormente, enemigos mortales. Que gran titular para un foro de noticias y chismes.

—Besas muy bien...—recibe un beso cortito—Wow...—había sido tomado por la quijada, era el peli-palmera—¿Qué sucede, Goku?

El otro no dijo nada, lo jaló más hacia abajo y pegó sus labios con los del saiyan mayor. Una de sus manos viajó hasta uno de los glúteos del de ojos bicolores. Eso hizo que se sonrojara, pero aquella mano ajena inició con un masaje erótico que lo hizo suspirar. Vegeta hizo lo mismo con el otro poniendo muy nervioso al mayor de los tres.

Al separarse los dos menores se fijaron en Granola. Vegeta se sentó sobre la entrepierna de Goku y este se sentó en la cama, ambos acercaron más a Granola y le besaron las mejillas y también por el cuello. El peliflama salió de encima del menor y se arrodilló junto al peli-verde. El peli-palmera lo imitó pero rasgó un poco el traje de látex del ceresiano por la parte de la espalda mientras aún lo besaba.

𝕿𝖗𝖆𝖙𝖔 𝖈𝖔𝖓 𝖊𝖑 𝖉𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔 •~𝔅𝔩𝔞𝔠𝔨 𝔵 𝔊𝔯𝔞𝔫𝔬𝔩𝔞~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora