Capítulo XXV

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—¿Listos?

Ambos saiyans asienten.

—Bien, aún no nos han detectado.

—Síganme.

Ambos siguieron al príncipe. Habían logrado entrar a la nave del "emperador del mal".

—¡Oigan, ustedes! ¡¿Qué creen que hacen?!

—Con permiso—El de Gi anaranjado dio un salto y un giro de 360°, al mismo tiempo que le daba una fuerte patada al soldado que lo mandó a estrellarse contra una de las paredes del extenso pasillo.

—¿Tenías que lucirte ahora?—pregunta con una sonrisa el peli-verde.

—¿Qué te digo? Suelo ser un poco presumido...—sonríe de lado, con algo de fanfarronería.

Voltea a verlos por sobre su hombro—Sólo quieres impresionar a Granola... que presumido, ni que nada, ridículo.

Su sonrisa se borra al instante con eso—Cállate, Vegeta...

—Eres buen peleador—le elogió el mayor a Goku. Este se sonrojó un poco por eso y le sonrió—... aún así, eso no sorprende mucho.

La tela blanca fue manipulada para lograr atar a tres sujetos que estaban delante de ellos, fueron jalado por el ceresiano con bastante fuerza. Saltó para que ellos no lo golpearan y les disparó con su arma con los tipos todavía en movimiento; aún corriendo desenredó su bufanda y la volvió a colocar alrededor de su cuello.

~Veinte de diez.

—Gracias...

—Te cerraron la boca, Kakarotto.

—Mejor cierrala tú...

—Dejen de discutir y peleen con ellos—con el arma aún en mano disparó a los que estaban frente a él.

Goku y Vegeta también lo ayudaron con los demás soldados.

—Señor, señor...

—¿Ahora qué quieres, Kikono?—preguntó mientras movió su cola, esperando una explicación del subordinado que tenía detrás.

—Hay tres intrusos en las instalaciones de la nave, señor. Dicen que son los dos saiyans que habían en la tierra y un sujeto desconocido que están por identificar.

—¿Los odiosos de Goku y Vegeta están aquí? Humm... que extraño. Veré que quieren esos dos simios de mí ahora.

—¿Les digo que dejen de pelear?

—No, si no pueden ni siquiera detenerlos un momento es porque son inútiles como para estar en un ejército como el mío.

—E-está bien... ¿Hmm?—había recibido un mensaje.

—¿Ahora qué?

—El otro sujeto es un cazarrecompensas... es conocido por ser uno de los mejores de Heata...

—Nombre, Kikono, Nombre...

—Granola... ese es su nombre. Es un ceresiano.

—¿Ceresiano? Imposible, esa raza se extinguió hace décadas.

—Bueno, su cabello es verde como el de ellos, además su vestimenta...

Lo interrumpe—Hasta no ver sus ojos no lo creeré.

Mientras Freezer esperaba paciente a sus invitados recién llegados, estos estaban peleando aún... bueno, tan solo estaban dando golpes a todos y los derriban para pasar.

Aunque antes de llegar al pasillo principal, es decir, el que llevaba directo a Freezer las puertas fueron cerradas. Esta vez fue el turno de Vegeta para derribaron por completo con una esfera de energía bastante grande, esta atravesó más paredes hasta llegar al espacio.

Ahí fue cuando la alarma se activó. Los tres se miraron entre sí.

—Bien hecho, Vegeta... ahora también nos vamos a quedar sin oxígeno—reclamó el peli-palmera.

—Agh, cállate...

—No importa, hagamos esto rápido, no creo que lo dejen todo así—Toma el hombro del príncipe—Guíanos hasta ese malnacido cuanto antes, sé que puedes... antes de que sea tarde.

—Bien, vam-

—¡No se muevan!

No se dieron cuenta en que momento los rodearon.

—Ok... ahora sí son muchos—expresó Goku, asombrado por ver a tantos a su alrededor.

—No te dejes intimidar.

—¿Quién dijo que estaba intimidado? Esto está mejor que antes.

—Si tú lo dices...—aún no comprendía muy bien eso de la sangre saiyan y sus deseos por los retos. Pero bueno, si él decía estar bien, es porque lo estaba.

—Veamos de qué están hechos—sonríe de lado el príncipe para luego pasar a su primer transformación. El menor también hizo lo mismo.

—Separemonos.

—Sí—asintieron los dos saiyans.

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𝕿𝖗𝖆𝖙𝖔 𝖈𝖔𝖓 𝖊𝖑 𝖉𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔 •~𝔅𝔩𝔞𝔠𝔨 𝔵 𝔊𝔯𝔞𝔫𝔬𝔩𝔞~•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora