V E I N T I S E I S

76 11 0
                                    

*No tuve tiempo de hacer el banner, no me peguen jaja :D*


NO ESTOY SIENDO AMABLE, ESTOY COQUETEÁNDOTE

FERN

—Me veo como una estúpida.

—Sí, te ves como Amy —concordó Carter con una mano en la barbilla, analizando la mierda de vestido que me estaban obligando a utilizar.

Lo miré por el reflejo en el espejo. En ese momento deseaba poder tener alguna clase de poder que me permitiera hacerle calzón chino sin tener que moverme tanto. El vestido era incómodo, casi se me veía el culo y me picaba la entrepierna por las medias de color natural que llevaba debajo.

Era una tortura intentar ser Amy, quizás ese era mi karma después de todas las mierdas que había hecho. ¿Qué sería lo siguiente? ¿Comer veinte zanahorias? Primero Amy que comer zanahoria.

—Esto es una mala idea —farfullé de mala gana mientras me bajaba el vestido, lo cual era inútil.

Pertenecía a la tía de Alaia y, ciertamente, la mujer parecía un pequeño nomo. Uno extremadamente bonito y amable al menos.

—Esto es una pésima idea... —me apoyó Carter de nuevo.

Ladeé la cabeza hacia él.

—Gracias...

—Jamás podrías parecerte a Amy —terminó de decir.

Dejé caer los hombros. ¿Eso era un alago o un reto? Porque si era un reto estaba dispuesta a demostrarle que sí que podía parecerme a la desparpajada aquella.

—No es un trabajo difícil comportarme como el ser más insoportable del planeta. ¿Ya lo soy, no? Ahora solo tengo que caminar como caballo famélico, fingir que hago abdominales cada día como desquiciada, ah, y ser más lesbiana de lo normal. ¿Algo más?

Carter hizo como si lo pensara, mirando el techo del cuarto y dándose golpecitos a la barbilla con un dedo.

—No tener dignidad —pronunció a la vez que chasqueaba los dedos y sonreía.

—Tienes razón. Amy no sabe el significado de esa palabra.

Lo medité durante unos instantes mientras seguía observándome al espejo. El vestido era de un rojo intenso, se colgaba sobre mi pecho, dejando un bonito escote que realmente no me molestaba, se ceñía a las extrañas curvas que formaban mi cuerpo y dejaba la espalda descubierta, atándose solo de la parte trasera de mi cuello.

Me veía bien, me veía hermosa, pero no como yo. Y el solo pensamiento de no parecer yo, me incomodó.

Arrugué la nariz y me removí, sintiendo aquel atuendo pesado sobre mí.

—No —negué, bastante segura—. Me niego a usar esto. Es una pésima idea.

Chasqueé los dedos y miré en dirección a Flanagan, que me observaba con la boca abierta y la cabeza apoyada sobre la palma de su mano. Parpadeó, desconcertado, y levantó las cejas.

—Quítame el vestido, por favor —pedí, señalando la parte trasera de mi cuello.

Los ojos del rubio se abrieron mientras enderezaba la espalda de manera rápida.

—Ferny... Carter está aquí —murmuró mientras se pasaba una mano por el cabello, con las mejillas sonrosadas y la mirada baja—. No puedo hacer eso.

Carter soltó una carcajada y yo sentí que el calor de repente era demasiado dentro de aquellas cuatro paredes. Mi corazón saltaba, con una mezcla de anticipación y humillación. Oh, ¿a quién engaño? Claro que no me humillaba.

¿Y si somos Romeo y Julieta? ✔️ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora