¿Y si somos Romeo y Julieta? ✔️ [Completa]

V E I N T I C I N C O

*A esta estúpida se le volvió a olvidar hacer el banner, no la juzguen que está toda tonta y necesita compresión*

LOS ROUSSEAU Y LA PUERTA SECRETA, ARHE

FERN

Zachary seguía gritando en la planta alta. Parecía un becerro yendo al matadero, totalmente escandaloso.

Subimos las escaleras lo más rápido que pudimos, con Richie pisándonos los talones, queriendo enterarse del chisme. Y cuando llegamos a la planta alta, supe cómo fue el terror que sintió Cell.

—¡Zach! —grité al detenerme en la cima de las escaleras—. ¿Qué putas hiciste?

En el final del pasillo, el castaño se aferraba con los brazos y piernas abiertas a la estúpida puerta frente a la de mi habitación. Aquella que siempre debía permanecer abierta.

—¡Yo solo le dije que no podía entrar aquí! —renegó.

Me apreté el puente de la nariz con frustración. Un adolescente siempre va a entender un no como un sí. Pero Zach era imbécil y no pensaba como los seres humanos normales, no, él tenía, a veces, el cerebro de una nutria.

—¿Por qué no puedo verlo? —preguntó entonces Hall, señalando la barricada humana que era mi hermano—. ¿Qué ocultan?

—Tu dignidad, veo que la perdiste.

Caminé hasta interponerme entre el rubio y mi hermano. Podía sentir cómo todos me seguían con la mirada. Pero bueno, era normal, yo era una puta diosa y me lo merecía.

—Muy graciosa —pronunció con sarcasmo el rubio. Se cruzo de brazos y me miró desde arriba. Imité su gesto, lo cual lo irritó y pude ver cómo apretaba la mandíbula. Ese chico no aguantaba ver a alguien con más flow que él—. ¿Por qué no puedo pasar?

—No tengo porqué darte explicaciones. No hay nada aquí que debas revisar.

—Eso significa que aquí hay algo que debo revisar.

Chasqueé la lengua e hice como si lo estuviera pensando.

—¿Sabes qué? Meteré tu opinión en una cuenta bancaria a ver si así me genera algún interés.

—Mira, vagabunda de mierda...

Lo interrumpí soltando una carcajada mientras me sostenía el estómago con las manos y me echaba hacia atrás. Parecía aquel meme donde Spiderman se cagaba de risa.

—Uy, ya va a llorar —me burlé.

A Hall se le inflaron las mejillas.

—Eres... ¡Puta madre!

Un flash nos apuntó a la cara y ambos tuvimos que cerrar los ojos con fuerza.

—¿Qué haces, estúpido? —le gruñó el rubio a Zach, quien sostenía su celular frente a nuestras caras con una sonrisa en su rostro.

—Capturo su humillación.

Hall intentó quitarle el teléfono de las manos, Zach empezó a chillar, y yo tironeé de mi cabello hacia abajo con frustración. Así hasta que Flanagan se interpuso entre todos con las manos alzadas.

—Estábamos trabajando como un equipo, por favor, bájenle a su negatividad.

—Tienes razón, está decidido, vamos entrar —pronunció Hall sin ningún pudor.