Una pequeña disculpa (Parte 1)

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Jinnie había decidido volver a tomar los trabajos de la casa que había hecho a un lado por ser pequeña.

Volvió a cocinar para los chicos y lavar los trastes después. Fue por eso que pudo darse cuenta de un detalle.

Había hecho bastante comida para todos, se habían sentado platicando y haciendo como si nada malo pasara con ella; tal vez así volviera animarse.

Hoseok fue el primero en pararse con la excusa de que iría a ver a Yeonjun. Tae y Jungkook le siguieron para jugar videojuegos. Yoongi regresó a la compañía para terminar una canción y Jimin dijo que dormiría un poco porque estaba cansado de sus prácticas de baile. Namjoon decidió irse a su cuarto, necesitaba tiempo con él mismo; así había sido desde lo último que habían hablado.

Jinnie suspiró y recogió los trastes, intentaba no pensar que su novio la dejaría seguramente en cualquier segundo.

Su sorpresa fue grande al notar algo; uno de los platos estaba completamente lleno.

Suspiró. ¿Cómo era que Jimin siempre lograba engañarlos?

Decidió no hacer grande el problema en ese momento y vigilar mejor al menor.

Era noche cuando pudo notar que Yoongi no llegó a casa, durmió preocupada.

Al día siguiente la preocupación aumentó cuando notó la notificación de Weverse que le hizo notar que J-Hope la estaba pasando mal de nuevo, seguramente estaba haciendo caso a los haters.

A la hora de la cena notó que aquel par que había ido a jugar videojuegos el día anterior ya no se hablaba.

Aún no había rastro de Yoongi aunque ya era tarde y Namjoon se negaba a hablarle.

Sintió que el alma terminaba de irsele cuando vió nuevamente que Jimin no comió nada. 

Tuvo que tomar bocandas de aire a un ritmo que la tranquilizara, necesitaba arreglar eso como una adulta.

Pero en lo que se refería a Jimin y la comida era un tema difícil de hablar, normalmente aquel chico terminaba enojándose bastante y gritando que estaba bien para después soltar a llorar y admitir que volvía a necesitar ayuda.

Jimin podía resistirse a su noona... Pero... Jinnie negó con la cabeza, era una idea tonta.

No. No podía ser que le fuese a hacer caso a su pequeña yo. Solo estaba buscando una excusa para regresar a su Little Space y eso no estaba bien.

Pasó una semana pensando cómo arreglar cada uno de los problemas con los chicos, sabía que todo eso estaba siendo su culpa y debía hacer algo rápidamente.

Pero su cabeza cada día la mataba más, era una sensación horrible por estarse aguantando ser pequeña y tener tantos problemas.

Aquel día iba por el pasillo luego de haber ido por agua y tomarse una pastilla para el dolor de cabeza, escuchó un pequeño sollozo proviniente del cuarto de Hoseok.

Aquello era demasiado raro, Hobi normalmente no lloraba... Jinnie abrió la puerta con cuidado.

Se le hizo el corazón chiquito al encontrar al rapero llorando hecho un ovillo.

Para su mente fue demasiado, había regresado de inmediato y aquello le preocupó más. Seokie era su hermanito... Y ahora estaba llorando, debía ser buena hermana mayor y consolarlo.

Se sentó a su lado y lo abrazó, fue hasta entonces que notó la presencia de aquella chica. Intentó calmarse un poco apenado.

— Es-esto-estoy bien, Jinnie – dijo él sin saber que lidiaba con la pequeña.

Pero como respuesta obtuvo una negación con la cabeza, la pequeña limpió sus lágrimas y luego le dio un beso en cada mejilla.

— Seokie, bonito – declaró sabiendo cuál era el problema.

— ¿Eh? – preguntó confundido... ¿Era pequeña...?

— Seokie no debe llorar porque Seokie bonito y los niños bonitos no deberían llorar – intentó explicar Jinnie.

— ¿En serio lo crees? – preguntó ahora, era tonto pero... Quería saber qué pensaba ella y no había mejor forma que cuando era pequeña y se encontraba sin filtro.

— ¡Sí! ¡Seokie bonito! ¡También canta bonito! ¡Y rapea bonito! ¡Seokie especial! – confirmó dando pequeños aplausos y volviendo a abrazarlo.

Hoseok la abrazó fuertemente de regreso, estaba siendo totalmente sincera y eso lo hizo sentir cálido.

— Gracias, pequeña – dijo suavemente.

— Seokie... No oigas monstuitos de cabeza, no dicen verdad... ¡Y mucho menos los de esa cosa! – dijo señalando el celular — Nadie conoce mejor a Seokie que Jinnie – declaró después orgullosa.

Hoseok estaba realmente sorprendido, a pesar de ser tan pequeña siempre sabía lo que ocurría.

Volvió a sonreír y asintió con la cabeza.

— ¿Ayuda a Jinnie? – pidió ahora la pequeña.

— ¿A qué debo ayudarte? –

— Minnie, tiene hambre... ¡Debemos hacer sopita para él! – respondió tratando de expresarse.

— Espera... ¿A qué te refieres a que tiene hambre? – preguntó esta vez para comprender qué quería decirle.

— ¡Minnie no comió todos los días! ¡Seguramente pancita está mal! – dijo inocentemente.

Hoseok actuó de inmediato, cada vez estaba más cerca de deslizarse él también pero debía avisar primero a Namjoon.

Nam, Jimin no ha comido toda la semana. Mándalo a casa ahora, tendremos preparado algo para él.

Se paró de inmediato con la pequeña a preparar la sopa antes de sentirse aún más pequeño.

De acuerdo, no llegó justo a tiempo como para no sentirse pequeño pero con ayuda ambos prepararon algo para Jimin.

Para ellos estaba perfecto, sabía rico y se veía bien y no habían utilizado las cosas que no debían cuando estaban pequeños.

Y es que lo que hicieron ambos fue una mezcla de galletas y cereal con leche chocolatada.

— ¿Crees que guste a Minnie? – preguntó la pequeña a su hermanito.

— Sí, Minnie gusta leche cholatada y celeal – contestó Seokie muy seguro de si mismo.

Ambos brincaron en su lugar al escuchar la puerta azotarse.

Jimin estaba furioso.

¿Dónde demonios estaba aquella chica? ¡Había ido de soplona con Namjoon! 

Ambos pequeños se voltearon a ver después de ver a Jimin patear un par de cosas mientras caminaba.

— Tal vez tiene mucha hambre... – comentó la pequeña tomando el platito para acercarse a un Jimin enojado.

Un pequeño cuento de hadas 👑  | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora