Jin no está bien

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Jin se había negado a salir de su Little Space y no era para menos pues su padre tampoco ayudaba...

Cada día en la noche aquel hombre iba a casa de los chicos buscando a Jin.

— Lo siento, señor. Jin no quiere verlo y no puedo permitirme abrir – decía Namjoon con aquella calma de líder que solo él tenía.

— Solo quiero hablar con él... – insistía

Namjoon suspiraba, realmente necesitaba paciencia.

— Lo sé, pero ella no quiere. No la puedo obligar – era la última contestación de Nam antes de dejar el interfón.

Mientras aquello sucedía, la pequeña Jinnie no dejaba de llorar y pedía una y otra vez que se fuera.

A todos les dolía ver a Jin así, por lo que después la consentían más y no la obligarían a salir de su Space.

La llevarían al trabajo así, aunque eso fuera un poco peligroso pero no querían obligarla a nada.

— Pero quiero llevar mi unicornio... – dijo la pequeña en voz baja.

— Lo llevaré, pero tendré que cambiarte allá ¿si, mi amor? – le explicó Namjoon.

Jin asintió con la cabeza, desde que todo estaba sucediendo apenas y hablaba; solo cuando era muy necesario.

A la pequeña le molestaba usar jeans y playera para salir, pero le habían prometido su unicornio al llegar así que se aguantaría lo necesario.

Le habían explicado que mientras estuviera con gente que no conocía debía actuar como niña grande. Era un juego.

La verdad era que Jin estaba muy emocionada por ver el lugar donde trabajaba su Daddy, solo había estado ahí una vez como Little y era solo la sala de prácticas... Quería ver el estudio y ver lo que hacía.

Su cara se iluminó en cuanto entró al estudio de Namjoon, todo era muy lindo y era muy característico de su cuidador principal.

Aquel chico rió al ver la expresión de la pequeña.

— ¿Te gusta, corazón? – preguntó sonriendo.

Jin asintió emocionado y sonrió.

— ¿Puedo... unicornio? –

Namjoon solo rió ante eso y asintió, cerró la puerta con seguro y se dispuso a cambiarla.

La verdad fue que Jin se estaba divirtiendo mucho ahí, Namjoon le había dado a Jangmi y RJ para que jugara y pronto no tardó en encontrar todos los Koya que tenía Namjoon en su estudio.

Así que tenía bastante diversión en aquel lugar, balbuceaba mientras jugaba y reía. El líder estaba feliz de que al menos ahora estuviera mejor en ese momento.

Fue hasta cerca del medio día que Jin se acercó a Namjoon.

— Daddy... ¿ya acabaste trabajo? – preguntó gateando hasta él.

— Aún no, corazón ¿qué pasó? – contestó Namjoon cargándola para sentarla en su regazo.

— Es que... Koya, RJ y Jangmi tenen hambe – contestó Jin.

— Oh, ya veo... ¿Y tú, princesa? ¿Tienes hambre? – dijo Nam.

— Nu... – negó la pequeña mientras su estómago gruñía diciendo lo contrario.

— De acuerdo... Entonces ¿qué quieren comer ellos? – siguió el líder siguiendo la historia de Jin.

— Kimbap... Corn dogs de quesito... Tteokbokki... – contestó Jin casi salivando del hambre que tenía.

— Bueno vamos a pedirlo entonces, no les hagamos esperar – concluyó Namjoon.

A veces tener aquel servicio al estudio era muy bueno, no quería dejar sola a Jin ni por un momento.

En cuanto llegó la comida solo asomó las manos para tomarla y volvió a cerrar la puerta con seguro, se sentó con Jinnie y sus peluches.

— Vamos, mi amor. Dejemos que RJ pruebe esto, tal vez pueda usarlo para su siguiente mukbang – comenzó diciendo e hizo como si le diera aquel pedazo de Kimbap a RJ haciendo reír a Jin — Ahora Koya para que le dé su opinión a RJ – dijo haciendo lo mismo — Y Jangmi también quiere un poquito – acercó la comida a Jangmi — Ahora, bebé... Jangmi me dijo que también quiere que lo pruebes. Así que abre la boquita – le pidió y Jin con mucho gusto recibió el Kimbap.

— ¡Ahora corn dog! – pidió emocionada.

Namjoon no le molestó repetir aquellas acciones para que su pequeña comiera bien y estuviera feliz.

Una vez que terminaron de comer Jin se subió nuevamente al regazo de Namjoon y lo abrazó.

— Te amo, Daddy – dijo recargándose en el hombro de Namjoon

— Yo también te amo, princesa – contestó.

Aquel día como Namjoon ya sabía la hora en la que solía ir el padre de Jin decidió esperarlo afuera, no quería que la pequeña llorara en un día que había estado casi bien.

Había dejado a Jin con los chicos viendo películas y comiendo dulces.

— Oh, Namjoon... No pensé encontrarte aquí – dijo el señor Kim.

— Lo siento, pero hasta hoy Jin tuvo un mejor día... No quiero que vuelva a llorar porque usted viene – contestó el líder de forma seca.

El señor Kim suspiró y prendió un cigarrillo.

— Sé que no soy del agrado de ustedes, pero no pienso hacer nada malo. Solo quiero hablar con mi hijo – explicó.

— Lo sé, pero usted sigue sin entender una parte de Jin y por eso ella no quiere verlo ahorita... Le recomiendo que piense mejor las cosas, se eduque y la acepte cómo es. Es lo único que ella está pidiendo – insistió Namjoon.

— ¿Tú realmente le crees que sea mujer? – soltó aquel hombre.

Namjoon realmente intentaba que su paciencia no se acabara.

— Claro que sí, Jin no es la primera persona transgénero en el mundo señor Kim... Y ella es mi novia, no tengo duda de nada de lo que me dice – declaró el líder.

— Supongo que se consiguió un buen hombre después de todo – contestó por último el señor Kim antes de darle una gran calada a su cigarrillo para después irse.

Kim Namjoon suspiró, realmente era horrible el padre de Jin... Se dispuso a entrar a la casa donde una pequeña Jin se había quedado dormida viendo la tele.

La cargó a su cuarto y se durmió a su lado mientras le hacía pequeños cariños.

En la madrugada unos toques despertaron a Namjoon, se encontró con la sonrisa de Jin.

— Nam... ¿me acompañas a hablar con PD-nim en la mañana? – preguntó Jin.

— Claro que sí, amor – contestó Namjoon abrazándola fuertemente.

— Y Nam... – dijo Jin antes de dejar dormir a su novio — Gracias –

El líder solo sonrió.

— No tienes nada que agradecer – murmuró antes de darle un pequeño beso en los labios y acomodarse para seguir durmiendo.

Un pequeño cuento de hadas 👑  | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora