Un pequeño respiro

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Después de aquello Jin había alejado a todos. Era la peor parte de su instinto pero no quería hablar al respecto, ser lo que quería ser era más difícil de lo que los demás pensaban.

Nada podía ayudarla tan fácil, sabía que los chicos lo decían para ayudar pero ni una ida de compras, ni maquillaje, ni peinado, ni entrar en su Little Space ayudaban.

Así que su solución había sido decir "no gracias", evitar entrar en su Little Space, regresar a cómo era antes y no salir de su cuarto.

Aunque todos estaban muy preocupados por Jin, Namjoon era el que más exponía su preocupación porque era doble... Como amigo y como líder.

Así que no dudó en entrar al cuarto a hablar con ella.

La había encontrado viendo fijamente uno de sus vestidos con mucha añoranza.

— Si lo quieres usar, solo hazlo – dijo Namjoon.

— Claro, tan fácil para ti decirlo – contestó Jin de forma seca — ¿Qué quieres Namjoon? –

— Saber cómo estás – admitió el líder.

— Estoy perfectamente, listo ya puedes irte – de acuerdo, eso había sido más duro de lo que quería sonar pero estaba un poco harto de que se metieran en cosas que no entendían.

— No, no me puedo ir porque no estás bien – recalcó Nam.

— Ya te dije que si... – comenzó a decir Jin hasta que sintió los brazos de Namjoon a su alrededor.

No... No me abraces o me voy a quebrar...

Jin comenzó a manotear, a empujar a Namjoon para que se quitara sin ningún éxito.

— ¡Te odio! – le gritó cómo último recurso para que le soltara.

Pero claro que no tuvo éxito.

— No, no lo haces – respondió abrazando a Jin aún más fuerte.

Aquello fue lo último que necesitó Jin para comenzar a llorar.

¿Cuánto tenía que llorar para sacar todo lo que ha sentido por años?

— Está bien, Jinnie... Todo estará bien, corazón... Por favor... Deja de llorar – la calmaba Namjoon.

— Es... Más... Difícil... Ser yo... De lo que... Imaginé – dijo entre sollozos — He estado... Siendo un idiota con todos... –

— Nadie cree eso, todos solo estamos preocupados... Estoy preocupado... Sé que será difícil pero... Me tienes a mí, apóyate en mí, sé algo egoísta y úsame para seguir adelante... – dijo Namjoon.

Jin no pudo evitar soltar una pequeña risa.

— No digas esas cosas porque me las creo... –

— Entonces creélo, te quiero más de lo que imaginas, Jin... No voy a presionarte para nada, solo quiero que sepas lo que realmente significas para mí – concluyó Namjoon.

Jin finalmente le regresó el abrazo, lloró un poco más y terminó de cierta forma sobre el regazo de Nam y sus piernas rodeando su cintura.

En cuanto se animó a mostrar su cara Namjoon llenó a Jin de besos en las mejillas, en su frente y su nariz; secó sus lágrimas y le sonrió cálidamente.

Aquel chico realmente sabía cómo hacerla sentir tan pequeñita... Y estaba muy cansada emocionalmente...

Así que a Namjoon no le sorprendió que la siguiente frase fuese:

— Daddy... ¿puedo usar vestido? –

El líder sonrió ante aquella pregunta y asintió con la cabeza.

— Vamos a cambiarte para que vean los demás qué hermosa te ves – dijo mientras la bajaba de su regazo.

Y es que no era mentira, Jin realmente se veía muy linda cuando se ponía algo que la hacía sentir cómoda y le gustaba.

Después de ponerle aquel vestido rosa con morado cepilló un poco su cabello y le hizo una pequeña coleta que salía de la parte más larga de su cabello.

Cargó a Jin y la llevó a la sala.

— Chicos, por fin Jinnie ha salido – dijo poniéndola en el piso.

La pequeña corrió muy emocionada por todos lados dándoles un abrazo a los chicos, quienes la recibieron con mucho cariño y muy felices.

— Tengo algo para ti, pequeña – declaró Jimin antes de que se le olvidara.

Le entregó una caja de diferentes colores pastel.

— Ábrela de en medio, juntando los dos lados del botón – le explicó después.

Tras varios intentos Jin pudo abrirla y se quedó sorprendida, aquella cajita se abría de diferentes partes donde salían sombras, labiales, esmaltes, brillitos, algunos accesorios.

Después de ver todo Jin se paró y abrazó a Jimin inmediatamente.

— ¡Gracias MinMin! – gritó y dio brinquitos mientras aún lo abrazaba.

Después regresó a ver más su nuevo set de maquillaje y tuvo un malvado plan. Cerró la caja de nuevo, la tomó y se paró frente a la persona que sería su víctima.

— Ah no... Ni lo pienses Jinnie... – dijo Yoongi tras ver que estaba sonriendo con algo de maldad.

— Por favor... – le pidió haciendo un puchero y eso fue lo único que faltó para que el rapero aceptara a regañadientes.

Jin hizo sentar a Yoongi en el suelo para que pudiera maquillarlo sin problemas, hizo sus uñas de diferentes colores cada una; aunque solo tenía cuatro colores, le puso labial y puso sombras en sus párpados.

Si bien Jin normalmente maquillaba bien, la pequeña maquillaba como cualquier niña pequeña. Se había salido de las uñas de Yoongi, se había salido de sus labios y prácticamente el segundo mayor ahora parecía payaso.

— ¡Listo, Yoonie! Te ves hemoso – dijo dejando de lado la cajita.

Los chicos intentaron no reírse sin éxito.

— Callense, si mi niña dice que me veo bien no tienen nada de que reírse – los regañó lanzando una mirada asesina a quien tuviera una sonrisa burlona en labios.

Sin embargo, no fue la única víctima de Jinnie aquel día.

Pero los seis no podían estar más felices con Jin tan feliz después de lo que había pasado, valía la pena parecer payasos.

Un pequeño cuento de hadas 👑  | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora