20. ¡Hombre al agua!

944 41 3
                                    

Hace muchos años, cuando era una niña, amaba los disfraces. Tanto que podía pasar días con mi vestido de la Bella Durmiente y con mis tacones de plástico. Y con días realmente hablaba de días. A mamá no le importaba. Si salíamos, por ejemplo, al supermercado, Archer solía decirme que me vería ridícula con el vestido. Yo me enojaba con él y le decía que no me importaba verme ridícula. Mamá le decía que podía ir como yo quisiera porque yo era una princesa.

Y ahora... solo pienso en que gasté dinero en un estúpido disfraz para nada. Una parte de mí me regañaba, diciéndome que debí dejar que Jake lo pagara. La otra parte, o sea la racional, decía que me rehúso de depender de un hombre. Pero aquí estoy, buscándolo para que me lleve a casa. Demonios. Era la triste verdad, pero no tengo más opciones. Era muy tarde y estaba muy lejos como para irme a pie. Tampoco me arriesgaría a irme en Uber y mis amigos se la están pasando tan bien que no quería estropearles la noche. Por lo que me quedaba Jake. A él no le gustan estas cosas. Podía perfectamente convencerlo de irnos de aquí.

Pero había un problema.

Él no quería irse.

Lo encuentro fuera, sentado en un sofá de jardín, donde al medio había una hoguera (supermoderna) encendida. Estaba entre la chica diablo y una morena vestida de hada. Cuando llego, se estaban riendo a carcajadas y ellas prácticamente se lo devoran con los ojos. Literalmente lo miran como yo veo a un pedazo de pizza jugoso y con queso extra. Me cruzo de brazos cuando llego frente a ellos. Solos nos dividía el fuego que se alzaba hacia la noche.

Las chicas me dirigen una mirada divertida, alzando una ceja como si me estuvieran retando a unirme a ellos. En cambio, la ceja de Jake se alza indicando curiosidad.

—¿Podemos irnos a casa? —pregunto.

Ahora Jake alza ambas cejas atónito. Se pone recto en su puesto, ladeando la cabeza mientras me analiza. Claramente no esperaba que yo soltase eso.

—Pensé que ambos concordamos que esto sería...

—Ya —le interrumpo antes de que diga la palabra «divertido»—. Pero estoy fracasando.

La chica diablo y la chica hada nos miran expectantes.

De repente, la chica diablo se gira a Jake y me señala.

—Oh —exclama—, ella es la...

—Paris —interrumpe a la pelirroja dirigiéndose a mí—, estoy pasándola bien —aprieta los labios.

Abro la boca mirando a las dos muchachas. Y entonces comprendo. Asiento, divertida. Por supuesto que la está pasando bien.

—Claro, ya entiendo.

—Estaba junto a Corey —responde al ver mi expresión.

Señalo los únicos asientos que hay. ¿Me quiere ver la cara de idiota?

Aunque no sé por qué esto me molesta tanto.

—No lo veo.

—Fue por más bebida.

Entrecierro los ojos.

—¿Has bebido mucho?

Después de todo, me niego a irme con un conductor en estado de ebriedad.

Jake frunce los labios y mira hacia el cielo oscuro, meditando su respuesta. Al final se encoge de hombros.

—Apenas media lata de cerveza.

—Sabes qué, olvídalo —descuelgo los brazos—. Le pediré por las malas el auto a Archer. Tú lo llevarás a casa —me doy media vuelta, pero retrocedo un paso y le echo una mirada—. Y espero que llegue hoy.

Tú, siempre (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora