Durante los siguientes días mi relación con Jake ha ido aumentando. De hecho, tan así que ya no me importaba que él entrase de la nada por la ventana de mi habitación. Hasta me atrevo a decir que me gusta que se pase por acá. Incluso hay días en los que se queda hasta tarde para ayudarme con los deberes. Otras veces nos quedamos viendo alguna película o me acompañaba a ver The Orginals (Jake no entendía mi amor hacia los vampiros). Uno de esos días Archer había entrado sin tocar, y bueno, ya saben lo dramático que es. Se queda con la boca abierta y comienza a decirle a Jake que nunca entró a la casa. Es más, desde ahí siempre discuten por eso porque, según Archer, Jake entra por la ventana, cruzando el árbol. Sin embargo, Jake siempre lo niega.
Ahora nos encontramos en la escuela. En el almuerzo, precisamente. Aparte de mí, están los chicos, Lisa y hasta el mismísimo Sean se había unido. Jake, a mi frente, no alejaba sus ojos de él, quien oportunamente se puso a mi izquierda.
Claramente Sean no le hacía ni caso y le contaba a Oliver y a Archer una anécdota de hace unos días atrás. En realidad, se la estaba contando a todos los presentes, pero Lisa, a mi otro lado, tenía su mirada fija en la bandeja; Jake no dejaba de ver mal a Sean y yo no dejaba de mirar mal a Jake por mirar mal a Sean.
Aburrida de su mal comportamiento le doy un puntapié.
—¡Oye! —se queja con las cejas fruncidas.
¿Dije que miraba mal a Sean?
Todos en la mesa se lo quedan mirando.
—¿Qué? —pregunta Archer.
Jake se endereza, desviando la mirada.
—Nada —miente—. Es que Paris no me escuchaba.
—No deberías gritarle a una chica —Sean dice a secas.
En la mesa se crea un silencio. Por suerte, todos los demás estudiantes continuaban absortos en sus conversaciones, sin fijarse en nosotros.
—Yo no le grité —Jake aprieta la mandíbula.
—Amigo, acabas de sobresaltar a toda la mesa.
—Primero, no soy tu amigo. Segundo, no le grité —Inclina su cuerpo para quedar más cerca de Sean. Amenazante. Esa es la palabra que describía a Jake en este instante—. Tercero, como no dejabas de hablar sobre tu aburrida historia tuve que elevar la voz. Así que haznos un favor y metete en tus propios asuntos.
No estaba entendiendo nada. Mi yo de antes probablemente estaría feliz de saber que Sean Clifford me defendió. Pero bueno, cosas que pasan, porque ahora también consideraba a Jake como a uno de mis amigos más cercanos. No me gusta ver que, el que puede ser mi futuro hermanastro, esté discutiendo con Jake por un malentendido.
—Hummm —me interpongo y me vuelvo hacia Sean—. Sean, Jake no me gritó y de hecho jamás lo ha hecho. Y Jake —miro a Jake. Podía ver cómo sus músculos se tensaban bajo la ropa. Con una mirada comprensible digo: —Jake, está bien. No pasa nada.
Desvía su atención de Sean para concentrarse en mí. Y como si se tratase de un océano profundo, me sumerjo en aquellos ojos y le insisto con una mirada suave que todo estaba bien. Él se relaja. Solo un poco. Porque después de una mirada, recoge su bandeja y se levanta, abandonando la cafetería.
Me levanto, dispuesta a seguirlo. No obstante, el sonido de la campana me interrumpe, indicando que la última clase del día estaba por comenzar.
Nerviosa, comienzo a morder mi labio inferior cuando avanzamos hacia los pasillos y veo que no hay rastro de él.
Todos nos separamos para ir a nuestras respectivas clases, menos Lisa y yo, que compartimos la misma. Mi amiga, al ver que había ocurrido un escándalo, ya no estaba tan callada como hace un rato. No. Ahora no dejaba de hablar y balbucear.
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Tú, siempre (SIEMPRE #1)
Teen Fiction¿Qué pasa cuando el niño que solía molestarte de pequeña se va, pero ha vuelto luego de unos años? Y no como un niño, sino como todo un adolescente, donde los sentimientos juegan con uno. Así es la vida de Paris Boldman. Hace unos años cuando era...