14. Vacaciones de invierno

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El invierno había llegado y con ello los olores tan característicos de la Navidad: jengibre, canela, nuez moscada, chocolate caliente... En mi casa yo era la que tenía el espíritu navideño. Aunque me encantaba la moda y todo, semanas antes me ponía suéteres temáticos. Mi favorito era uno rojo con dorado, donde en medio de esta, había un reno con sus orejas y nariz roja tipo 3D. Podía imaginarme a Meryl Streep, interpretando a Miranda Priestly, juzgándome con la mirada.

Generalmente, en la semana de Navidad y Año Nuevo, visitamos a los abuelos en Connecticut o viceversa. Cuando ellos vienen, nuestra otra abuela también viene. Verán, mis dos abuelas se llevan terriblemente mal. Siempre intentan quedar como la mejor abuela. Nos traen muchas clases de obsequios y nos preparan un sinfín de comida para luego, con un guiño y murmullos nos dicen cosas como: «Soy la mejor abuela, ¿cierto?» o «¿Sabes que te quiero, cierto?» o «¿Es idea mía o disfrutaste más de mi puré de papas?». Este año nosotros fuimos a visitarlos. La Navidad sería con mis abuelos paternos y el Año Nuevo con mi abuela materna.

Sorprendentemente, estas vacaciones no fueron extrañas o aburridas.

Como cada año que los vemos, los abuelos le sueltan comentarios e indirectas a papá. «¿Ya has conseguido alguna novia, Rick?» «Estos niños están demasiado delgados. No les das de comer lo suficiente.» «Rick, Rick, Rick.» y blablablá.

¿Entonces, por qué fue sorprendente? Los abuelos se comportaron. Y creo que esto es debido a que por fin papá llegó con la noticia sobre su nueva novia. Aunque lo regañaron por no haberla traído con nosotros.

Y como cada vez que venimos para las fiestas, nuestros otros familiares también estaban presentes. Papá solo cuenta con dos hermanos más. Tía Jenny con su esposo Benjamín y nuestro primo Mason, y tío John que es el tío genial de la familia. Es de esos tipos que visten con chaqueta de cuero y que usan una moto, con cabello largo y collares de surfista alrededor de su cuello.

—Paris, Archer me estaba contando que cree que tendrás un novio pronto. —Mason se arregla el cuello de su camisa azul pálido.

Mason es dos años menor que nosotros, así que relativamente nos llevábamos bien. Tachen eso. Solo se lleva bien con Archer. Ahora mismo, se estaba contemplando en la cámara de su celular. Aparte de ser vanidoso, tenía misofobia. Intento no girar los ojos cada vez que limpia un objeto o su mano al tocar algo. Alza ambas cejas cuando ve que lo observo. Alzo una ceja devuelta. Al final, él es quien desvía la mirada. Luego, me giro discretamente hacia Archer. Éste intenta permanecer impasible ante mi mirada asesina.

—¿Un novio, Paris? —Tío John, quien estaba en uno de los otros sillones con una cerveza en la mano, murmura hacia nuestra dirección. Doy gracias cuando veo a los demás absortos en una conversación.

—No tendré un novio —respondo con seguridad—. Archer solo está molestando como suelen hacer todos los hermanos.

Tío John sonríe y levanta su cerveza en un intento de brindis por lo que dije. Luego de eso, la abuela se nos acerca con un plato de galletas de jengibre. Suspiro de felicidad con solo ver las formas.

A medianoche todos nos encontrábamos de pie, dándonos abrazos y diciendo «Feliz Navidad».

Desde que tío Benjamín se unió a nuestra familia, todos decidimos que deberíamos usar su tradición de abrir los regalos a medianoche como suelen hacerlo en Latinoamérica. Así que, más tarde, después de la cena, abrimos los obsequios. Le doy las gracias a papá por el maravilloso vestido que me regaló —estaba segura de que fue gracias a Rose—. Era de mangas largas e ideal para esta época del año. Ya decidí ponérmelo para la víspera de Año Nuevo. Mis tíos, Jenny y Benjamín, me dieron una cantidad innecesaria de dinero que recibí con placer —claro, no lo demostré en público—. Tío John me da una tarjeta de regalo para usar en Target y los abuelos, como cada año, nos dan dinero y algo tejido por la abuela (este año eran calcetines largos). Por último, Archer me obsequia una pañoleta de color gris con lunares blancos que le agradecí una infinidad de veces. Yo le había dado un videojuego para su consola y a papá una camiseta nueva con un par de lentes de sol.

Tú, siempre (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora