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4 años después.

-Violeta: ¡Despierta!, ¡Despierta!, ¡Despierta!

Estaba brincando a lado de mi.

-Aún no suena la alarma.

-Violeta: ¡Yo soy la nueva alarma!

-Ya voy. Solo un minuto.

-Violeta: Bien. Contaré.

-En tu mente.

-Violeta: Si. Seis veces hasta el número diez.

-Exactamente.

Ella contó demasiado rápido y no tuve otra opción qué salir de la cama.

Nos dimos un baño, nos arreglamos y bajamos a desayunar.

Violeta estaba tarareando una canción que le enseñaron en la escuela, le gusta cantar mucho y dibujar.

-Violeta: ¿Qué harás hoy papi?

-Trabajar. ¿Y tu?

-Violeta: Ir a la escuela y posiblemente tener un unicornio.

-¿De dónde lo vas a conseguir?

-Violeta: Mejor dibujare algo. ¿Quieres que te dibuje algo?

-Lo que tu quieras mi amor.

Ella me sonrió. Empezó a punzar la herida. Estaba doliendo de nuevo, hace años que no tengo algo así ¿qué es esto?

-Violeta: ¿Qué tienes papi?

Ella puso su mano en mi brazo y me tranquilice.

-Nada amor. Un poco de dolor de cabeza.

-Violeta: Ya se que te curará.

-¿Qué?

-Violeta: Un beso.

Se levantó en su silla y me dio un beso en la mejilla.

-Wow. Me siento mucho mejor ¿cómo hiciste eso?

-Violeta: Es un secreto.

Mi pequeña.















En la oficina estaba revisando propuestas las cuales era horribles.

-Jace: Hola hermano.

-Hola.

-Jace: ¿Cómo te sientes?

-¿Por qué?

-Jace: Por la noticia.

-¿Qué noticia?

-Jace: ¿No lo sabes?

-No.

-Jace: Falleció el omega de Ian.

-¡¿En serio?!

Te Necesito. (MALEC) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora