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Estábamos en casa, todo el camino había sido bastante silencioso.

El solo se fue a sentar en el sillón y yo a lado de él.

-Escucha Magnus... No se... Yo pienso que primero tenemos que definir qué relación tenemos.

-Magnus: ¿Qué relación?

-La nuestra.

-Magnus: Pensé que era obvio.

-¿En serio?

-Magnus: Si.

Sonreí ante eso, significa que en verdad esto es una...

-Bueno... Si, creo que es bastante obvio.

-Magnus: Si. No estoy por esto por un contrato es porque somos amigos. En verdad te considero un amigo.

-¿Amigo?

-Magnus: Si. Tu me entiendes y yo te entiendo, tu te preocupas por mi y yo me preocupo por ti.

-Ah... Si claro. Amigos.

-Magnus: Y aunque nos hemos acostumbrado a estar juntos sabíamos qué algún día iba a pasar esto y cuando pase quiero que sigas en mi vida.

-Claro que si.

Me tomo de la cintura y me iba a besar pero me separe.

-Tengo trabajo así que... ¿Por qué no vas a descansar? Estaré en mi oficina.

-Magnus: Si... Claro.

Subi a la habitación qué había convertido en mi oficina y cuando cerré la puerta empecé a llorar. El no siente lo mismo por mi y lo entiendo. Lo entiendo muy bien pero... Duele.














En los siguientes meses Magnus y yo empezamos a dormir separados. Magnus se estaba acostumbrando muy bien a su vida universitaria, tenia muchos amigos, salia todo el tiempo y se le veía mucho más feliz, más joven. 

Yo solo me enfocaba en mi trabajo, me iba a viajes de negocios o me la pasaba en la casa de mis padres, era mucho más independiente a Magnus, eso era bueno pero sentía como cada vez me alejaba de él. Pasaba semanas sin saber de él y no le parecía molestar pero siempre que regresaba me llevaba a la cama lo cual  hacia qué me confundiera más.

Íbamos a pasar los tres meses separados con esta prueba si la pasaba se acabaría todo entre nosotros. Así lo sentía.

Empacaba mis cosas mientras lloraba había había salido del trabajo para que Magnus no me viera llorar pero escuche que se abrió la puerta, me seque rápido las lágrimas, salí de la habitación y me asome recargandome del barandal para ver quien había entrado y lo que vi... Fue horrible.

Era Magnus besándose con otro omega, estaban en la puerta, lo tenia acorralado contra esta, sus manos tocando sus cuerpos. Era obvio que esto pasaría, el es un alfa demasiado guapo y talentoso y ya había pasado casi nueve meses en la escuela.

Volví a entrar a mi habitación y espere que el entrará a la suya con el omega para salir del departamento. El hecho de pensar en Magnus con otro omega me daban ganas de vomitar pero no podía hacer nada.

Regrese a mi oficina.


-Iván: Señor Lightwood regreso antes.

-Si... ¿Puedes decirle a Jace qué venga? Si no esta ocupado claro.

-Iván: Si señor.

Entre, me senté en mi escritorio, traté de trabajar pero mi vista se puso nublosa. Estaba llorando y no pude parar.

Te Necesito. (MALEC) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora