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Magnus me beso desesperado, su respiración estaba muy agitada y las feromonas estaban rodeandome, ya no estaba pensando tan bien.

Cuando se separó de mi por aire me puso contra la pared, mi rostro pegado contra esta.

Se restregaba en mis glúteos, me jaló del cabello para alzar mi rostro y dejar más al descubierto nuestra marca.

-Magnus: Eres mío. Todo tu ser solo debe responder así solo por mi.

Paso su lengua por mi marca, apretó uno de mis glúteos.

-Magnus: Solo yo puedo tocarte así.

Deslizó su mano por todo mi pecho hasta llegar al elástico de mi bóxer donde introdujo su mano para sujetar mi miembro, tan lentamente, mis piernas temblaban, el me estaba sostenido para no caerme.

Movía su mano arriba y hacia abajo, cada vez lo hacia más fuerte hasta que me corrí, el saco su mano y pasó su lengua por sus dedos.

Me tomó de la barbilla para besarme, poco a poco fue bajando sus besos y dejando su camino de chupetones hasta el final de mi espalda, me quitó el bóxer por completo, separó mis piernas para poder tener acceso a mi entrada donde pasaba y metía su lengua, empezó a estimularme con un dedo primero y luego el otro.

-Magnus: Estas tan apretado, solo has sido tocado por mi. ¿Verdad? Respondeme que solo yo te he tocado.

-S-ssolo t-ttu me has tocado...

Metió otro dedo en mi.

-Magnus: Correte otra vez para mi Alec.

Con un gemido me corrí. Ya no sentía las piernas antes de derrumbarme me cargo hacía la cama.

Estaba sobre mi besándome, bajó a mi cuello y en mi pecho empezó a succionar mis pezones, mordiendo y succionado hasta dejarlos rojos, cuando terminó fue hacía mi miembro, lo Metió a su boca lentamente, tenía la mirada fija en mi, sus mejillas estaban hundidas.

-Magnus... Magnus... Magnus....

Gemia con desesperación.

-Magnus: Así mi amor, di mi nombre.

Empezó a sacar y meterlo, su lengua jugaba con la punta y de nuevo me corrí pero esta vez en su rostro.

Mi pecho subía y bajaba rápidamente, ni siquiera podía pensar en otra cosa.

Me puso en cuatro para volver a meter sus dedos y su lengua en mi entrada hasta que volví a correrme.

Caí en la cama.

-Magnus.

El se puso contra mí, de nuevo restregandose en mi.

-Magnus: ¿Qué sucede mi amor?

-¿Por qué no lo has metido?

-Magnus: ¿Quieres que la meta?

-Si.

-Magnus: No te veo muy convencido. 

-Por favor Magnus...

-Magnus: ¿Magnus?

-Por favor mi amor, te lo suplico, metemela.

-Magnus: ¿Tanto así la quieres?

-No tienes idea.

Escuche como se desabrochaba su pantalón, estaba ansioso.

Sentí como comenzaba a entrar.

Me aferre a las sábanas y escondí mi rostro en la almohada.

Te Necesito. (MALEC) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora