EMMALINE
Datos reveladores
La autopsia sobre cuerpo de Rebeca Emerson, la joven de 20 años que apareció muerta a orillas de las vías que se dirigen a Villa Victoria, arrojó que la señorita Emerson habría muerto el día de su desaparición entre las 16:00 y las 20:00 hs.
Así lo indicó el abogado de la familia, y repitió las palabras del detective Morrison: “La hipótesis más fuerte es que Rebeca y Melinda pudieron conocerse antes de morir. Y juntas fueron llevadas a su ejecución”.
Leí rápidamente la noticia y guardé el diario junto con los demás en un cajón. Nadie en la casa se imaginaba que los estaba apartando. Pondrían un grito en el cielo si lo supieran. Camino hacia mi notebook esperando a que más información sobre las desapariciones llegara a mi e-mail. Sabía que no era saludable estar tan al pendiente de todo, pero… ¿y si la idea que estaba rondando en mi cabeza era cierta? ¿Y si realmente alguien quería terminar el trabajo del “Monstro de las muñecas” comenzó? Alguien tenía que saberlo… No podía quedarme callada una vez más… Tal vez solo necesitaba pedir ayuda. ¿No es eso lo que todo el mundo me aconseja?
–Ariel… quiero hablar contigo– dije golpeando la puerta de su habitación. Las piernas me temblaban. «Vamos, Emma. Hazlo no es tan difícil. Di lo que piensas, suéltalo»
–Pasa– respondió.
– Lo siento no quería despertarte. Puedo venir más tarde…
– No. Ahora me lo dices. Igual, ya tenía a levantarme.
Mis manos se retorcían incontrolablemente en mi buzo, y él no podía despegar sus ojos de mis movimientos.
–Emma…
–Hay algo… que está pasando… Todos dicen que tengo que decir lo que pienso… que no tengo que guardar silencio. Entonces, me di cuenta que tenía que decírselo a alguien, porque ahora realmente estoy muy asustada.
Ariel se sentó en la cama, poniendo una almohada en su espalda.
–Siéntate.
–Ari… creo que alguien quiere asustarme. Alguien quiere hacerme daño.
Él se quedó en silencio, mirándome detenidamente.
– ¿Por qué crees eso?
– Desde… desde hace meses me están ocurriendo… cosas. Primero pensé que era mi imaginación, pero ahora se agravó. Asaltaron mi cuarto, estuve recibiendo notas, incluso un cd, me persiguieron en la calle…
– ¿Qué? ¿Cuándo?
–Ya te lo dije… desde hace meses me está sucediendo todo esto… Yo pensé en ir a la policía.
– ¿Y hasta ahora me lo dices?– se restregó el rostro. –Ve a tu cuarto. Déjame cambiarme.
–Está bien.
Caminé por el corredor, y me sentí más liviana, como si un gran peso hubiera desaparecido de mis hombros. Al final no había sido tan malo, no hubo miradas de lástima, ni miradas de compasión. Él no me creía loca, y seguro los otros tampoco lo creerían. Sus objeciones solo habían estado en mi mente. « ¿Cómo no pude darme cuenta antes? ¡Son mi familia!» Ahora todo iba a estar bien, seguro Vico iba a comentar que fuera a la policía y se enorgullecería en descubrir que esta vez no iba a poner pretextos. Yo iba a dar mi testimonio. Dos veces no me iba a quedar callada.
Decido tomar una siesta. Nunca duermo durante la tarde, pero un cansancio avasallante me invadió. Me saqué todo el abrigo que tenia y me cubrí con el acolchado. Abracé un almohadón. «Te necesito más que nunca, More»

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Recuerdos Fragmentados
RomansaEmmaline Heit, olvidó lo que es vivir sin miedo. Un brutal suceso hizo que su vida gire sin retorno. Desde entonces lucha por encontrar estabilidad y la confianza en sí misma que le ha sido arrebatada. Su aliento, es su extraña y numerosa familia y...