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Luna

La desesperación se apodera de mí. Mis ganas de avanzar se desvanecen. Mi respiración se entrecorta.
Mi mente se desconecta.
Mis extremidades no reaccionan.
Al igual que un zombie, vago sin rumbo fijo, perdido, desorientado. Pero una luz de esperanza, pequeña, tenue, me ilumina. Es la luz de la Luna. Mi salvación, mi más preciado tesoro. Ella siempre estará conmigo, me acompañará en los tiempos difíciles, reirá en las situaciones agradables, me acompañará en situación arriesgadas y me escuchará siempre. Ella es comprensiva conmigo y con todos. Ojalá ser como ella, pero no me puedo comparar en nada. Es lo mejor que me ha pasado en la vida, conocerla. Y aún no sabéis de quién hablo.