Un sueño II

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Como todas las noches, fue una pesadilla. Soñé con que me mudaba con mi familia a un lugar inexistente. En ese lugar no existía el dinero, se llegaban a acuerdos sin la necesidad de una moneda. Tampoco existía la política, era una sociedad que se autogobernaba. Tampoco había tecnología avanzada, solo lo básico para la supervivencia. Es evidente lo que ocurrió cuando llegamos a este lugar. Desde el exterior se veía muy bonito, pero por dentro era terrible. Muchísima delincuencia, problemas para conseguir una casa o incluso recursos básicos, personas que aprovechaban tu desconocimiento para engañarte. Y lo peor de todo es que nos adaptamos a ese lugar imitando sus crueles costumbres. El momento que me grabó la mente fue cuando, mientras estaba de camino a mi casa, me apuñalaron sin previo aviso en un brazo. Aún siento ese dolor. Me provoca ansiedad diaria ese maldito dolor. Aunque fuera solo un sueño, lo noté más real que nunca. La mente es demasiado poderosa.

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