29. ¿Por qué?

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¿Por qué...?

¿Por qué?... ¡¿Por qué?!

Las lágrimas me ciegan, apenas puedo respirar... Una infita opresión en mi pecho lo prohíbe. El corazón me duele con cada latido y mi mente no cesa de ser martilleada una y otra vez por la misma pregunta.

¿Por qué? ¿por qué...? ¡¿Por qué?!

¿Por qué, Aspros? ¿Por qué querías traicionar al Santuario? ¿Por qué querías librarte de mí? ¿Por qué era falsa tu promesa?

¿Siempre lo fue? ¿Hubo alguna vez un lazo real que nos uniera?

¿Por qué te perdiste? ¿Dónde quedó el hermano con el que crecí? ¿Cuando empezó a morir? ¡¿Y por qué?!

Manipulaste mi mente, mis acciones...Querías asesinarme...¿Por qué...? ¿Por qué no lo hiciste y acabaste así con mi sufrimiento? ¿Por qué permitiste que fuera yo el que detuviera tu corazón?

No merezco vivir, pero no puedo morir...

¡Maldita sea! Las lágrimas me nublan la visión, pero no impiden que busque la muerte en otro lugar, ardiente y salvaje... 

Quizás tan salvaje como yo.

La lava ha emergido desde mi llegada, probablemente para brindarme la muerte que merezco, pero no muero...

¡¿Por qué?!

Mi piel resiste sus lamidas, se reconforta con su fuego. Siento el ardor que surge de esta sangrienta garganta de lava correr por mis venas y deseo desesperadamente consumirme en él, pero no sucede.

Algo me da fuerzas... Algo lucha para consolarme desde dentro...¿eres tú, maldito volcán de Kanon? ¿quién te da permiso para sufrir junto a mí?

¡¿Por qué?!

Deseo que me engullas, que calcines mi cuerpo entre tu corrosiva sangre. Deseo que te cobres todo el mal que ha salido de mi puño. Deseo que me purifiques el alma antes de morir.

Pero no lo haces...

La desesperación me consume. Las lágrimas me escuecen sobre el rostro descubierto. Libre. Condenado...

El rostro de un asesino de hermanos.

Cierro los ojos con fuerza...

Un lacerante grito desgarra mi garganta...

Y ni así puedo librarme de otra maldita imagen, de tu ignominiosa imagen, siempre tan serena y finalmente altiva, distante...

Desconocida.

¿Por qué Asmita? ¿Por qué...?

¡¿Por qué?!

¿Por qué hurgaste en mi mente y me salvaste a mí?

¿Por qué no liberaste la mente de Aspros? ¿Por qué no salvaste a tu camarada?

¿Por qué me condenaste así?

¿Por qué te aborrezco tanto? ¿Y por qué duele hacerlo?

¡¿Por qué...?!

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