Vuelves.
Sigues regresando aquí. ¿Qué buscas? ¿Qué pretendes? ¿De qué huyes?
¿De tus remordimientos? ¿De los recelos de tus otros camaradas? ¿De tu soledad?
No ocultas tu cosmos cuando lo haces. Me avisas de tu presencia, y yo me alejo.
Dejas comida en mi guarida. Y ropa... ¿Acaso no sabes que un demonio no necesita vestirse de gala para sembrar su maldad?
Deseo aborrecerte, pero no puedo.
Yo fui tu elección y la razón me abruma, Asmita. No es digno de ti actuar olvidando la razón...y yo...
Yo no merecía tu compasión.
¡Maldita sea!
Vuelves, y con el aroma que arrastra tu presencia me ofreces demasiados recuerdos que debo olvidar.
Pero tampoco puedo y no...en el fondo de lo poco que me queda de corazón, no lo deseo.
Vete, por favor... No regreses buscando un perdón que no soy capaz de otorgar.
¡¿No te das cuenta que no hay perdón para nosotros?!
Yo maté a mi hermano, pero la salvación que tú labraste en mí empuñó el golpe final...
Tú eres tan culpable como yo, pero esto ya lo sabes.
Y por eso regresas.
La culpa compartida duele menos ¿verdad?
Espero paciente que te largues, pero no lo haces...
Eres tozudo. Y yo quiero serlo tanto como tú, pero no puedo, y también me aborrezco por ello.
No dejarás de acudir a las ardientes tierras que tú mismo me presentaste ¿no?
Lo siento, pero me obligas a echarte de ellas por segunda vez.
Me descubro, me acerco hacia ti y te hallo sentado en el suelo con tus ropas livianas e impolutas, esperándome.
No vistes la armadura, y estúpidamente es un detalle que agradezco. El oro te mancilla. El oro te convierte en Virgo, pero hoy ha venido Asmita...
Lo has hecho adrede ¿ me equivoco?
Sabes cómo desarmarme. Eras tan sólo un crío cuando ya lo hiciste por primera vez, cuando ofreciste una maldita mandarina a una sombra que nadie debía ver.
¿Por qué, Asmita?
Quiero echarte de mi maldición, pero tu pesar me vence. Sé que no fue fácil tu elección. Dudo que fuera la correcta... Me convertiste en un condenado ogro, pero a ti no te puedo engañar.
Nunca he podido.
Me siento a tu lado, en silencio. Deseo mostrarte desprecio, pero tu voz se arma de valor y habla antes que me fuerce a herirte una vez más.
- No mataste a tu hermano...- Alzas tu rostro, y me miras con lágrimas que bañan el vacío de tus ojos-. Aspros ya hacía tiempo que había muerto...
Lo sé Asmita... Lo sé...
Sigues con tu rostro vuelto hacia mí, con tu inerte mirada descubierta, mostrando sin pudor un dolor que te hiere, quizás tanto como a mí.
No soporto mirarme en unos ojos que no me ven.
Necesito desesperadamente cerrarlos...
Y me odio otra vez.
Porque tu pesar me vence. Y porque deseo ser vencido por él.
Has vuelto, y contigo han regresado las ansias de existir, de sentirme vivo...y humano.
Sólo tu tacto ha conseguido hacerme sentir así...
Y a la necesidad de tu tacto me vuelvo a rendir.
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Momentos
FanfictionViñetas tributo a Defteros y Asmita. Una palabra, un momento...una escena, y la vida contenida en ella. Publicado originalmente en FanFiction.net, en Mayo de 2016.