Saga: Invasores II

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Universo yII4xIV314 (ANOD)

11 de octubre del 2035 Ciudad Beltrán

«Es difícil explicar lo que sentí en ese momento... Había visto a Diana tomar todas las Piedras Arcoíris de nuestras amigas caídas, incluso la mía que me abandonó cuando perdí toda esperanza y ante mi volví a ver la misma escena con la que vi morir a mi hermana», Minerva observaba estupefacta a Diana, su amiga tenia aquella forma luminosa con la cual ascendía lentamente al cielo, sus alas blancas se expandían mientras esos fuertes siete brillos blancos la orbitaban y apenas podía escucharle unas palabras.

«Sabrina fue nuestra enemiga en el pasado, algunas de nosotras entendimos por que tomó esas decisiones y otras no podían perdonarla. A pesar de saber que tanta sangre había en sus manos le dimos una oportunidad de redimirse, que sus acciones desde ese momento sean una forma de pagar por sus pecados y que nos ayude a luchar contra sus antiguos amos. Diana fue la más decidida para ayudarla a cambiar, en algún sentido enfermo que nunca logré comprender se veía reflejada en ella, pues pensaba que si los roles serian inversos y nunca se hubiera encontrado conmigo... Se habría vuelto alguien como Sabrina», Minerva recordaba cómo las siete Guerreras Arcoíris dejaron al borde de la muerte a Sabrina tras una extensa batalla, como algunas se dedicaron a cuidar del cascaron vacío de emociones que era y como miraba con celos la forma en que Diana era atenta con su antigua enemiga.

«Incluso llegaste al punto de cederle al chico que amabas, durante ese tiempo Héctor también se hizo cercano a Sabrina pues quería ayudarla a sanar, así mientras tú te partías las manos luchando contra los [Despojos], los corazones de ese par se fueron acercando y sin miedo alguno te dijeron que había pasado... Con tu mejor sonrisa los felicitaste, diciéndoles que les deseabas lo mejor y que podían contar contigo para lo que fuera... ¿Todo eso para qué? Sabrina mató al imbécil de Héctor en su arrebato de locura», Minerva sabía lo que sucedía entre Sabrina y Héctor, calló para no darle esa mala noticia a Diana y también la vio llorar en soledad al saber que fue rechazada... Por un segundo hizo memoria de un cuerpo desmembrado, escritura con sangre donde se leía "mi misión" y la cabeza cercenada de un hombre sobre una mesa.

«Esa desquiciada de mierda nos traicionó, le confiamos nuestros secretos sobre las armas que usamos para detener a los Despojo de nivel alto y usó lo último de su antiguo poder para corromper a Shalee, nuestra invocación que una vez salvó tantas vidas. Estábamos al borde de la destrucción mundial, si Shalee sigue emanando esa energía corrupta podría acabar con cada forma de vida en el planeta y con casi todas las Guerreras Arcoíris muertas... Te viste forzada a tomar esta decisión», Las siete Guerreras Arcoíris descendieron a una cueva bajo una enorme torre, ahí se toparon con su invocación Shelee siendo devorada desde adentro por una especie de pulpo morado y al divisar a sus invocadoras, aquel ser las fulminó con un potente rayo que causó el colapso de la torre. De no ser por que Diana se arrojó sobre Minerva, la segunda hubiera acabado muerta como sus compañeras y el sonido de los gritos de aquellos habitantes de la torre aún resuenan en su mente.

—¡Diana! ¡Diana regresa! ¡No me dejes! ¡No soy tan fuerte! ¡Quédate a mi lado! —Le gritaba Minerva al haz de luz blanca que rayaba ese cielo rojo.

«Mi amiga lo había conseguido, sacrificando su propia vida destruyó a Shalee que portaba a Sabrina corrompida por la energía de los Despojos, lo único que quedó fueron los vestigios de la lucha en la ciudad y los restos de todos lo que perecieron bajo los escombros o los que casi fueron devorados por los Despojos que nacieron de Shalee», Minerva miraba con ojos llorosos como los edificios se derrumbaban, pues sin sus poderes se sentía inútil para poder hacer algo por las muchas personas que pedían ayuda.

LISMATUS: SENDA DEL HERALDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora