Capítulo 14.2: Destinos I

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—En ese momento, morir se sintió completamente extraño o tal vez lo era por la forma en que mi cuerpo se destrozó... Pero solo sentí como si me jalaran de espaldas hacia lo desconocido, veía las cosas a mí alrededor desvaneciéndose y el dolor se fue así sin más. —El alma de Diana era extraída del planeta donde nació, jalada por una especie de hilo que la elevaba hasta perderse dentro de un portal en el espacio.

Sus ojos solo podían ver un espacio completamente blanco, su cuerpo estaba desnudo medio traslucido, ella gritó pidiendo ayuda, pero su voz solo hacía eco en el infinito. Su entorno se contrajo hacia un punto en el medio, Diana fue arrastrada contra su voluntad ahí adentro y miró con temor lo que había frente a ella.

—Bienvenida, haz sido seleccionada como un alma para el intercambio. —Una voz femenina se hizo presente.


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Echada sobre una burbuja tornasolada estaba una mujer que parecía rondar los 30 años, su larga cabellera negra caía por los costados de esa burbuja, se encontraba comiendo uvas mientras bostezaba con notorio aburrimiento y miraba desinteresadamente a Diana.

—¿Qué es este lugar? ¿Y-Yo, morí? —Preguntaba Diana mirando sus manos, repentinamente notó que dentro de sus palmas estaban las [Piedras Arcoíris] y se miró a si misma dándose cuenta que las demás estaban incrustadas en diferentes partes de su cuerpo.

—Sí, lo que sea. Mira tengo mucha más gente que tratar y seré breve contigo. Moriste en tu mundo, por el sistema que tenemos fuiste seleccionada para ir a otro mundo y renacer como parte de un programa de evolución continua... —Aquella mujer de cabellera negra seguía hablando de manera mecánica, como alguien que estudió un guion y lo habla de corrido.

—¡No! ¡Espera! Las piedras no pueden quedarse conmigo, tienen que volver con mi amiga Minerva y ayudar a... —Repentinamente la voz de Diana comenzó a bajar su volumen, ella se dio cuenta de que esa mujer la había señalado y hacia un ademan de menos con sus dedos.

—Tu nueva vida será de acuerdo al karma en tu vida anterior, tal vez conserves tus recuerdos al nacer o los recuperes por algún evento durante tu crecimiento. La forma en que afectes al mundo donde vas, quedará registrada (si existen) por los administradores del planeta que habites y esa información la usará el Dios regente para posteriores planetas... —La mujer de pelo negro seguía hablando sin hacerle ningún caso, Diana estaba gritando con fuerza para que la escucharan, pero ningún sonido salía de su boca.

—¡Maldita hija de puta! Préstame atención, carajo... ¡Aceptaré eso, pero regresa las Piedras Arcoíris! —De tener un cuerpo físico, para este punto Diana se habría roto la garganta gritando y repentinamente sintió algo aparecer detrás de ella.

LISMATUS: SENDA DEL HERALDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora