Capítulo 12.2: Supervisores - Risana

131 14 6
                                    

* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo.



Toño bañó su cuerpo con la sangre de una mujer que extrajo de las fauces en su pecho, el rojizo fluido se evaporaba rápidamente extinguiendo las llamas verdes que Aranavia le lanzó y una vez el proceso terminó él se puso al ras del suelo en posición de ataque.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Seis escuálidos brazos salían de su pecho, los usaba para moverse a notable velocidad hacia Aranavia, pues era el mayor peligro presente y mientras reptaba por el piso fue tomando una postura erguida para apuntar los colmillos rotos de su pecho, a la vulnerable chica de pelo purpura.

Varios tentáculos rojizos estaban asomándose por esas fauces hacia su desprevenida víctima, está aún no se reponía de haber sido golpeada por el torrente de sangre que antes le impactó y solo podía intentar pararse pues se sentía amenazada por algo desconocido. Con su visión borrosa, su mente desorientada y adolorida por el ataque que recibió, comenzó a desesperarse por su situación e intentó gatear a un lugar seguro. Toño estaba a unos tres metros de Aranavia, cuando repentinamente un hacha llegó girando por el aire cortándole el paso, esta inesperada arma chocó el suelo liberando tornados que hicieron retroceder al espectro, a causa de ese imprevisto ataque tuvo que replegar los varios tentáculos que salían de su pecho y ponerse en guardia hacia el origen de ese ataque.

—¡Ya estaban peleando contra el supervisor! Hicieron un buen trabajo hiriéndolo. Ahora tenemos una oportunidad de vencerlo en nuestras condiciones. —En otra entrada a la caverna estaban Tamir y Ángelo, tras ellos se encontraba Amaku preparando una semilla de su báculo.

—¿Los vigilantes? ¿Ustedes también estaban vivos? —notando como Toño erizaba el manto negro que cubría su cuerpo—. ¡Ese espectro ataca lanzando cadáveres, son veloces y explotan al impacto! ¡No tenemos tiempo que perder, les iré informando de sus demás ataques! [Corte horizonte]. —Aegar blandió su alabarda a un lado, de esta fue expulsada un haz de energía que fue soportado por Toño y lo rompió con sus manos cortándose las muchas palmas que lo defendieron.

—¿A-Amaku? ¿Esa inútil es la única viva a parte de mí? —Warawisa estaba molesta de ver a su compañera y Amaku se dio cuenta de esto poniéndose nerviosa.

—¿Eh? ¿Y esa cara? ¿No estas contenta de ver a otra amazona? —Preguntó Tamir sujetando en posición de guardia sus espadas, miró el brazo que obtuvo de Axel y se percató que aún tenía leves espasmos.

«Aun tomará tiempo acostumbrarme al brazo de Axel, pero no puedo mostrar debilidad ante un espectro... A pesar de estar tan herido, algo me advierte de ser precavido», Tamir miraba directamente a los ojos de Toño, su intimidante apariencia le ponía el cuerpo tenso.

LISMATUS: SENDA DEL HERALDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora