Capítulo 11.5: Supervisores - Órganos

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* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo. 


En la parte central del laberinto subterráneo, se encuentra el órgano principal del [Útero Eterno], siendo este el lugar donde los restos de las ofrendas son traídos para ser procesados y también donde se selecciona a la prole correcta para que se unan a este aberrante ecosistema. En este lugar trabajan las cocineras del laberinto subterráneo, son entidades con formas femeninas hechas de diversos órganos, el color de su piel es morado claro, los ojos les resplandecen con un tenue brillo rojizo, en sus nucas presentan un grueso tentáculo palpitante que las une al [Útero Eterno], sus cabelleras están compuestas de intestinos y sus piernas son tentáculos con los cuales reptan por el suelo.


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Estas inusuales entidades tiene diferentes labores, unas hacen de parteras que vigilan a los engendros nacidos del [Útero Eterno], cuando son expulsados de ese órgano compuesto de innumerables victimas femeninas, ellas revisan a la prole buscando malformaciones, si presentan corrupciones en sus cuerpos proceden a trozarlos y devolverlos para que sean nuevamente engullidos. Otras se encargan de extraer energía remanente de los cadáveres, ponen sus palmas frente a estos y en sus manos se va formando un resplandor rojo, al cual condensan en una materia casi sólida y la arrojan a una acequia que la mezcla constantemente. Las ultimas tienen el trabajo de encargarse de las ofrendas que por casualidad llegaron a sus dominios, ellas las torturan de distintos modos para que sus cuerpos generen un tipo especial de mana/chakra mortuorio y condensan esa energía para verterla en un enorme abismo donde espera unirse con el contenido de la acequia antes mencionada.

Lo que nutre a estos mundos, es la energía generada por las ofrendas en circunstancias de absoluto, dolor, agresividad, esfuerzo, tristeza, arrepentimiento, miedo, ira y rencor. Esta energía remanente explota a su máximo pico de intensidad cuando las ofrendas mueren, siendo las cocineras encargadas de purificarla, procesarla y mezclarla constantemente para que sea correctamente distribuida por el mundo.

Un grupo de diecisiete cocineras conversan amenamente mientras cortan las extremidades de unos desdichados, entre ellas se encuentra Vilma contándoles sobre como hizo sufrir a Eveldra y la forma en que arrinconó a Axel para que asesinara al bebe de esta. Repentinamente un hilo dorado se fue formando en el pecho de Vilma, lentamente se iba elevando hacia el techo, al percatarse de ello la regordeta mujer soltó un chillido agonizante y caminó temblando hacia una pared donde comenzó a golpearse la cabeza.

—Vilma, cálmate por favor... Ya entendemos lo que sucedió, pero si te mantienes unida al [Útero Eterno] puedes sobrevivir y alargar tu vida para siempre. —Una de las cocineras sujetó a Vilma para evitar que siga golpeándose la cabeza contra la pared.

LISMATUS: SENDA DEL HERALDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora