CONNOR.
Hoy había una "gran" fiesta de Halloween en la casa, por así decirlo, de Bethany. A ver, no era su casa, pero se instalaba ahí casi siempre que quería... En realidad era nuestra, ahí pasábamos los veranos... eso, pasábamos, en pasado, cuando todo era "normal". Ahora todo estaba patas arriba y apenas se podía estar tranquilo, el ambiente era un desastre.
En fin. Me habían convencido bastante para que vaya a esa fiesta donde habría millonada de gente del pueblo acaloradas y embriagada. No es que me apetecía ir, pero investigué un poco y me enteré de que iba a ir la castaña que tantos estragos causaba cuando estábamos juntos. No es que fuera solo por ella, no, claro que no, solo que tenía una oportunidad para salir de mi habitación que ya me empezaba a causar claustrofobia.
Estaba decidido, iría un rato, bebería lo que fuera que haya y me iría de ahí. Al principio, me resigné a usar disfraz pero luego de súplicas y súplicas acepté. No es que tuviera una gran imaginación en cuanto se trataba de elegir un disfraz pero bueno, no estaría mal que vaya de esqueleto andante, no creo que sea el único tipo con aquel atuendo ridículo pero era lo único que se me vino a la mente y no tenía ganas de prestarme para usar un disfraz que usaría solo una noche. Así que lo del disfraz estaba listo.
Esa misma mañana había salido y me había encontrado con la enana castaña bajo plena lluvia que arrasaba con todo. La había encontrado fuera de la biblioteca, una sonrisa había surcado mis labios cuando la vi con mi sudadera gris, pero obviamente la disimulé. No quería que me viera sonriendo como idiota. La había llamado y la había obligado a subirse a mi moto y la llevé de nuevo al edificio, no sin antes interrogarla de por qué estaba ahí parada bajo la lluvia. Su respuesta había sido que quería buscar información sobre Elvis, al principio me sonó estúpido y raro, y tuve que buscar más a fondo... La castaña se iba a disfrazar de Elvis Presley. Ya me estaba imaginando cómo se vería.
Mi felicidad se había esfumado cuando apareció aquel amigo suyo... Peeta, si es que así era su nombre. No me interesaba cual era, no me interesaba él, me molestaba cómo agarraba a Aurelia de la forma en la que lo había hecho. Tuve una pequeña discusión con ella por aquello y me recriminó que no tenía ningún derecho de estar celoso, pero ¡joder! Cómo no iba a ponerme celoso si veía a otro tipo tocándola y cargándola en brazos, me hervía la sangre y se me ponía todo rojo de solo imaginarlo, pero presenciarlo como lo había hecho me sacó de quicio.
Esperaba que hoy fuera una noche sin problemas. Aunque con Aurelia todo era problemas.
En fin. Estaba admirando mi intento de parecer como un esqueleto frente al espejo. No había quedado tan mal, me costó casi la vida hacerlo y por eso no pensaba volver a hacerlo. Así que me calcé mis botas negras y me quedé esperando a que me trajeran las llaves del Audi negro. Sí, no era mío, y no quería que lo fuera, pero hoy no estaba en mis planes usar a Brenda.
Un brilloso auto negro se asomó doblando la esquina, aquel odioso auto que me fastidiaba la jodida existencia. No era el auto en sí lo que me molestaba, me molestaba el dueño y que no lo haya ganado como yo lo hice, me molestaba que, a pasear de que no hiciera nada en su puta vida, pudiesen regalarle un puto auto sin merecerlo; porque sí, no se merecía nada, no como yo me lo merecía, yo había hecho hasta lo mínimo por tener a Brenda en mis manos y él... Él solo dijo dos palabras y en menos de tres días ya tenía a ese estúpido autito en sus manos. La impotencia que tenía cuando me enteré de que había sido mi padre quien se lo dio me dieron unas inmensas ganas de estrellar todo. Pero bueno, eso había sido hace años atrás, aunque seguía fastidiando con refregarme lo que le habían regalado todos los malditos días del año.
La pregunta es, ¿por qué ir en ese auto si me molesta? No lo sabía. Solo era una excusa barata para no gastar dinero en gasolina.
Miré con impaciencia a que doblara y, mientras esperaba, me fumé un cigarrillo. ¡Dios! Lo estaba necesitando desde hoy. Lo solté y lo pise para subir al cacharro que tenía delante.
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Besos Lejanos [#2]
Teen FictionAurelia está decidida a ser una nueva persona, ya sea para bien o para mal... Las cosas no siguieron de la mejor forma tras el último año, tal vez los siguientes que pase ahí seguirán de mal en peor. Solo es cuestión de acostumbrarse a la tormenta. ...