CONNOR.
La había llevado hasta el lugar más lejos posible de toda la multitud. Quería estar solamente con ella, quería hablar con ella. Necesitaba hablar después de el incidente con su amiguito.
-Quítate de encima mío, Connor.
Decía ella en ese momento. La cuestión era que me había subido para poner cualquier excusa con tal de estar en contacto con ella y tenerla cerca.
-¿Quieres probar? -interrogué.
La tomé por las muñecas con una mano y las subí a su cabeza, luego, acerqué mi cara a la suya mientras que con la otra mano la tomaba de la barbilla para que su boca esté en perfecta dirección hacia la mía. Su respiración caliente me cubrió mis labios y deseé besarla con tal intensidad... pero me contuve. En ningún momento separé mis ojos de los suyos, solo la miraba a sus profundos ojos mientras soltaba el humo del cigarrillo que me había fumado.
Su tos no tardó en aparecer, tras soltar el humo en sus labios. Me separé de ella y dejé que soltara todo.
-¿Contenta? -dije, tajante, sin muchas ganas de hablar ahora.
-Creí que me darías de tu cigarrillo... no que soltarías el humo en mi boca imbécil.
Se quejó la enana. Era bastante gracioso verla enojada, era como un globo, se pinchaba y explotaba. Era bastante fácil hacerla enfadar.
-Tú dijiste que querías probar no que querías de mi cigarrillo. -Me le encojo de hombros, divertido.
-¿Me das de tu cigarrillo? -pregunta nuevamente la listilla.
Sonreí de lado y una idea nada absurda y buena para el momento se cruzó por mi malvada cabeza. Me giré hacia la izquierda y bajé la ventanilla para luego tirar la colilla. «Ahora sí pequeña» me volví hacia ella, quien me observaba con nada de diversión en su rostro, y me acerqué a su cuello y aproveché para oler su fragancia, su aroma era fresco y embriagador. Fui subiendo, rozando mis labios con su piel, hasta llegar a su oído.
-No puedes escapar de mí novata. -Susurro y, a continuación, le muerdo el lóbulo de su oreja.
El jadeo que soltó me dejó sin respiración.
No me resistí más y me fundí en sus labios cálidos. Llevé mis manos a su cuello y profundicé el beso robado agarrándola de la nuca. Lía tardó en reaccionar; pero luego llevó sus manos a mi pelo disparatado, lo tomó con sus dedos y me hizo separarme de sus labios que parecían un imán para mí.
Me miró con un brillo especial en sus ojos, con un deseo carnal. Sonrío, al igual que ella, y luego me sorprende cuando se inclina hacia delante para morder mi cuello. Joder, esta mujer me iba a matar. La tomo por los muslos y la levanto para sentarla a horcajadas arriba mío. Pero algo ocurre, un golpe suena y ella se soba la cabeza. Es que la había levantado tanto que le golpee la cabeza terca.
-¿Me quieres matar? -dice. Pero yo no prestaba mucha atención a aquello, aunque lamenté golpearla, de veras.
-Lo siento. -Murmuré. Me acerqué a ella sigilosamente y fui dejando besos húmedos en su cuello- Lo siento. -Volví a decir, pero en modo pervertido.
En un movimiento veloz, la hice sentarse arriba mío y esta vez sí que la besé con una intensidad que no supe explicar. Subí mis manos lentamente, fregando mis dedos en su pantalón que se le pegan como un guante a sus piernas. Sus manos me sostenían del cuello como si solo se dedicara a eso. Mi lengua y la suya estaban en todos lados menos en su lugar. Jadeó cuando hice un movimiento con mi súper lengua, el movimiento que nunca lo había utilizado, sí lo sé, soy increíble.
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Besos Lejanos [#2]
Teen FictionAurelia está decidida a ser una nueva persona, ya sea para bien o para mal... Las cosas no siguieron de la mejor forma tras el último año, tal vez los siguientes que pase ahí seguirán de mal en peor. Solo es cuestión de acostumbrarse a la tormenta. ...