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¿Por qué todos tienen una fecha de vencimiento? Las despedidas dolían tanto, pero algunas eran inevitables, dejando solo el aprendizaje de lidiar con el vacío profundo del corazón.


Había pasado una semana desde la muerte de la señora Min, una eternidad para Min Yoongi. Era un cuerpo sin alma, dedicado a existir, atrapado en la negación de su nueva realidad. El dolor lo consumía. Tras perder a su padre, su madre había sido su mayor apoyo, su ancla en los momentos de caos. Incluso a distancia, era una de las personas más importantes en su vida. Su partida lo sumió en una tristeza tan honda que ni Jimin, su refugio, podía sacarlo de ella.

—Vamos, prueba un poco de pastel —dijo Jimin, acercándole un plato con una rebanada de pastel de chocolate, su voz suave pero cargada de preocupación— Yo mismo lo hice.

—Tengo que ir a trabajar, se me hace tarde —anunció Yoongi, levantándose del sofá, su tono apagado, evitando los ojos de Jimin.

—No te puedes ir con el estómago vacío. El desayuno es importante, y un poco de pastel siempre es bueno a cualquier hora. —Jimin insistió, intentando aligerar el ambiente— Bien, tú lo pediste, aquí va el tren, ¡chuchú! Va a hacer una parada en la boca de Yoonie, ¡chuchú!

Acercó una cuchara con un trozo de pastel a la boca de Yoongi, pero este ni siquiera lo miró, su rostro inexpresivo como una máscara.

—Sé que es triste, Yoongi, pero últimamente no te veo en casa. Siempre estás trabajando, incluso haces turnos extras. Sé que es tu forma de lidiar con el dolor, pero te estás descuidando. No duermes, no comes. Me preocupas. Por favor, déjame ayudarte —suplicó Jimin, su voz temblando.

—Tengo que ir a trabajar. Llegaré tarde —repitió Yoongi, su voz monótona, esquivando la conversación.

—Yoongi, por favor, déjame ayudarte. Puedo escucharte, lo entenderé —murmuró Jimin, dando un paso hacia él.

—No, no entiendes nada. No sabes nada —espetó Yoongi con dureza, sus ojos brillando con un dolor contenido.

—Perder a alguien es muy difícil. No fue tu culpa, fue algo que pasó —intentó Jimin, su tono suave pero firme.

—Quiero encontrar al culpable. Quiero hacer que pague. Ella no tenía culpa de nada, era inocente —dijo Yoongi, su voz quebrándose, las manos apretadas en puños.

—Lo sé, estaba en el lugar equivocado...

—¡No, Jimin! ¡No lo entiendes, ni lo entenderás! —gritó Yoongi, lágrimas de furia y frustración rodando por sus mejillas— No puedes sentir el dolor de perder a alguien porque nunca lo has hecho.

Jimin alzó la voz, herido.

—Créeme que también me duele que tu madre haya muerto. Duele porque yo también perdí a alguien importante, pero no me estoy dejando morir como tú.

—No la conocías. Deja de hablar tonterías —replicó Yoongi, su mandíbula temblando por el llanto— Solo lo dices para comprenderme, para reconfortarme.

—No es así. La conocí más de lo que crees, Yoongi. Ella… —Jimin se detuvo, interrumpido por el sonido de la televisión.

“Hoy Busan está de luto. Afueras de la ciudad fue encontrado el cuerpo de Park Seung. Según las autoridades, parece un caso de asesinato. Se busca al culpable de este crimen casi perfecto. Ayer, un perro callejero fue visto comiendo un brazo humano, lo que llevó al descubrimiento del cuerpo desmembrado en una propiedad. Fue identificado como el empresario billonario Park Seung. Su cuerpo será velado en privado por amigos y su única familia, su esposa. Busan lamenta la pérdida. Park Seung será recordado por sus obras de caridad, un hombre de buen corazón. Soy Kim Eunji, y les traeré más noticias del funeral. No se despeguen del televisor.”

Rockabye | Yoonmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora