14

3.8K 349 75
                                    

—Dios, ya no eres un adolescente, Yoongi —dijo Seokjin, limpiando con precisión las heridas del pelinegro.

El olor a antiséptico impregnaba el consultorio, su luz fría resaltando los cortes en el rostro de Yoongi.
Tras la pelea, Jungkook había conducido al hospital por insistencia de Jimin. Aunque las heridas parecían superficiales, Jimin no podía arriesgarse. La preocupación en sus ojos había sido suficiente para que Yoongi cediera, aunque refunfuñara.

—Se lo merecía. —respondió Yoongi, con una mueca dura— Y él quedó peor.

—Tienes suerte de que solo sea un labio roto y unos rasguños. —replicó Seokjin, aplicando una gasa con cuidado— Pero no juegues con la suerte.

—Volvería a hacerlo si tuviera que hacerlo —afirmó Yoongi, con una chispa de rabia aún en la voz.

Seokjin presionó una herida a propósito, arrancándole un quejido.

—Eres médico. Sabes lo que una pelea puede causar. No actúes como niño.

—Precisamente por eso sé que estoy bien. —replicó Yoongi— Pude curarme solo. Conozco primeros auxilios.

—Jimin hizo bien en traerte. —dijo Seokjin, serio— Quiero una tomografía de tu cabeza.

—Es solo inflamación —insistió Yoongi, restándole importancia.

—Llamaré a Namjoon, no es mi área. —continuó Seokjin, quitándose los guantes de látex con un chasquido seco— Hay que descartar un hematoma intracraneal. Ese golpe fue fuerte.

—Estoy bien —protestó Yoongi, cruzando los brazos.

—Nadie te rompe un plato en la cabeza a diario. —respondió Seokjin, masajeándose la sien, agotado—Prevenir es mejor. No seas terco. —Hizo una pausa, estudiándolo— Eres demasiado pacífico para esto. ¿Qué pasó? Ni con insultos te alteras así.

—Él empezó a hablar sobre… —Yoongi se detuvo al ver a Jimin y Jungkook entrar.

—¿Estás bien? —preguntó Jimin, con los ojos brillando de preocupación, avanzando hacia él.

—Perfecto. —respondió Yoongi, abriendo los brazos con una sonrisa cansada— Ven aquí.

Jimin corrió a él, abrazándolo con fuerza. El aroma familiar de Yoongi, una mezcla de colonia y calma, lo envolvió, anclándolo en medio de la tormenta. Sintió el latido firme de su corazón, un recordatorio de que estaba a salvo.

—Tranquilo, estoy bien. —susurró Yoongi, acariciando su espalda con suavidad— Todo está bien.

—¿Jimin también estuvo allí? —preguntó Seokjin, alzando una ceja, curioso.

—Sí, fue una cena con Yoongi, Jimin, alguien que conozco, y yo —explicó Jungkook, con voz tensa, evitando detalles.

Seokjin miró a los chicos, aún abrazados, con una sonrisa suave.

—Cariño, lamento interrumpir, —dijo, tocando el hombro de Jimin— pero debemos revisar al bebé. Las emociones fuertes pueden afectar, incluso causar un parto prematuro. El bebé siente tu angustia. Ven, será rápido.

—Ve. —dijo Yoongi, separándose con delicadeza, aunque Jimin parecía aferrarse a él— Te espero aquí.

Jimin lo miró una última vez, sus ojos cargados de confianza y temor, antes de salir con Seokjin. Quería quedarse, pero la seguridad de su bebé era lo primero.

Solo en el consultorio, Jungkook rompió el silencio.

—Lo siento, hermano.

—No, Jungkook, tú no tuviste nada que ver. —respondió Yoongi, cortante— No te disculpes.

Jungkook se acercó, observando el rostro magullado de Yoongi, los cortes y moretones narrando la furia de la noche.

—Escucha, Tae no es malo. —dijo, inseguro— Tiene mucha presión social. Sea lo que sea que provocó la pelea…

—¿Bromeas? —lo interrumpió Yoongi, con una risa amarga.

—Pueden reconciliarse. —insistió Jungkook— Hablar, hacer las paces. Conócelo mejor.

—¿Conocerlo mejor? —espetó Yoongi, incrédulo— No me interesa conocer a basura como él.

—No digas eso. —respondió Jungkook, tenso— Es mejor persona de lo que crees.

—Se nota que te gusta Kim. —dijo Yoongi, negando con la cabeza— ¿Dónde quedó tu buen gusto?

—Taehyung significa mucho para mí. —admitió Jungkook, evasivo— Pero no es lo que piensas.

—Te he visto sonreír con sus flores diarias, con esas llamadas largas en tus descansos, saliendo temprano del hospital. —replicó Yoongi, cortante— No engañas a nadie.

—Eres mi amigo desde hace años, me conoces. —dijo Jungkook, suavizando la voz— Dale una oportunidad a Tae.

—Ni siquiera quieres saber por qué peleamos. —espetó Yoongi, decepcionado— Solo quieres que lo acepte, que perdone, que olvide lo que es. Sé que te gusta, pero no es para ti. Es una manzana podrida.

—Te lo pido porque eres importante para mí. —respondió Jungkook, alzando la voz, furioso— No me importan las razones tontas de su pelea.

—¿Razones tontas? —rugió Yoongi— ¿Kim ya te lavó el cerebro? Aléjate de él, es un consejo.

—No eres mi padre para decidir por mí. —espetó Jungkook, apretando la mandíbula— No necesito tus consejos. Si no aceptas a Taehyung, no te necesito.

—Entonces no me busques, Jeon. —dijo Yoongi, frío como el hielo— Mientras estés con Taehyung, nuestra amistad está muerta. No te quiero cerca de mí ni de Jimin. —Salió del consultorio, rozando el hombro de Jungkook al pasar.

Yoongi no podía creer que Jungkook defendiera a Kim. Lo conocía desde hacía años, era demasiado inteligente para caer en esa trampa. Solo esperaba que abriera los ojos antes de que fuera tarde.
Seokjin regresó con Jimin justo cuando Yoongi salía.

Rockabye | Yoonmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora