Park Jimin es echado de su hogar después de que sus padres descubrieran de su embarazo, solo y sin ayuda el destino lo lleva a conocer a Min Yoongi, un exitoso cardiólogo, lo que ambos no saben es que su pasado estaba relacionado. ¿Podrán seguir jun...
El turno nocturno en el hospital era aburrido para Yoongi. Con pocos pacientes, lo único que podía hacer era intentar no dormirse. Sentado en la sala de guardia, extrañaba a sus chicos, mirando enternecido el fondo de pantalla de su celular, Jimin en un pijama azul cielo, cabello rubio alborotado, recién despierto, intentando cubrir su rostro de la cámara. Esa fue la primera noche que durmieron juntos, abrazados. Yoongi adoraba observar las delicadas facciones de Jimin mientras dormía, tomando fotos y videos. Su galería, antes vacía, ahora estaba llena de Jimin: bostezando, cocinando, riendo. Cada imagen era un tesoro.
Quería pasar la madrugada mirando fotos, pero la alarma de emergencias sonó. Guardó el celular en el bolsillo de su bata y corrió a la entrada, donde paramédicos bajaban a un chico delgado en una camilla.
—Joven de unos 17 años, complexión delgada, tez blanca, con aproximadamente 4 meses de embarazo. Doncel —informó un paramédico— Encontrado tirado cerca de un puente, posible intento de suicidio. Signos de agresión y abuso físico, dos posibles costillas rotas. Sin identificación.
Yoongi se quedó estático. El chico castaño, con labios secos y pálidos, parecía perder la vida. Su vientre resaltaba en su frágil cuerpo, cubierto de moretones, cicatrices, y cortes, algunos recientes, otros antiguos. Yoongi sabía que vivía un infierno.
—Necesitamos radiografías para verificar que las costillas no perforen nada. Su ritmo cardíaco es demasiado lento, aunque está estabilizado —ordenó, ayudado por dos enfermeros.
Como profesional, actuó rápido, pero no podía evitar comparar al chico con Jimin. ¿Cuánto sufrió Jimin solo? ¿Lo lastimaron así? Si algo le pasara a Jimin, Yoongi perdería la cordura. En dos meses, se había enamorado profundamente. Adoraba a Jimin con su vida y juró protegerlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jungkook estaba sentado en el regazo de Taehyung en su elegante apartamento, disfrutando una tarde cálida. Amaba cuando Taehyung lo mimaba, sus manos acariciando su espalda.
—Tranquilo, bonito. Ya se dará cuenta de la amistad que perdió —dijo Taehyung, suavizando su voz.
—No lo entiendo. Somos amigos desde hace años. Debería apoyarme a mí, no a alguien que conoció hace meses —se quejó Jungkook— Yoongi ha cambiado tanto.
—Jimin debe haberse metido hasta por los ojos. Lo manipuló. Él tiene la culpa —insinuó Taehyung.
—Jimin es amable. No haría daño —defendió Jungkook.
—¿Quién culparía a la oveja blanca? Todos creen que es bueno, pero es lo contrario —dijo Taehyung— Dime, ¿Yoongi apoyaría nuestra relación si no hubiera conocido a Jimin?
—Estaría feliz por mí, por encontrar el amor —respondió Jungkook.
—¿Lo ves? Cambió por Jimin —sonrió Taehyung, irónico— Lástima que ese chico planea estafarlo, quitarle todo.
Jungkook agachó la cabeza, desanimado. Separarse de Yoongi dolía, más porque sentía que él lo rechazaba.
—No te desanimes, bonito. Siempre me tendrás. Pase lo que pase, no te abandonaré —dijo Taehyung, besando su mejilla— Te protegeré de todos.
—No puedo dejar de estar triste. Fue una amistad de años. Bebé, si me abandonas, mi corazón morirá —murmuró Jungkook, con voz quebrada.
—Solo somos tú y yo contra el mundo. Deja de pensar en quienes te hacen mal. Tu corazón me pertenece. Solo me necesitas —respondió Taehyung.
—Nunca me dejes —suplicó Jungkook.
—Deberías dejar el hospital. Es un ambiente tóxico —dijo Taehyung, tomando su mentón, conectando sus miradas— No quiero que nada te lastime. Eres mi prioridad, bonito.
—No puedo dejar mi trabajo así. Sería renunciar a todo. No nací en cuna de oro —respondió Jungkook.
—Te dije, todo lo que necesitas soy yo. Puedo darte una vida digna sin mover un dedo —insistió Taehyung.
—¿Y si lo nuestro acaba? —preguntó Jungkook.
—No acabará. Estaremos juntos hasta la muerte —dijo Taehyung, robándole un beso— Los demás no te apreciaron como yo. Eres mi bello muñeco.
Jungkook, atrapado en sus palabras, era su títere.