Capítulo 9.

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Cayden.

Es una sorpresa ver a mis hermanos merodeando y a su vez invadiendo mi espacio personal. Cuando Viktoria abrió la puerta a las personas que menos esperaba ver estaban ahí parados con una sonrisa, Faith me perdona toda, ella tiene un corazón de oro, Juli y Nick, si que eran sorpresa, la última vez que nos vimos se encontraban cabreados por exponer a nuestras hermanas al peligro como lo había hecho, también conocía su curiosidad extrema y si creo que están más aquí para conocer a la doctora que en si para verme.
Son mis hermanos, se como son. La que se que nunca vendría y dudo que en algún momento quiera perdonar es Ellie, ella me lo dijo en la cara, no tengo más un hermano mayor. Vi en su mirada decepción, tristeza y mucho enojo, ella nunca me perdonaría, lo merezco, pero duele mucho eso.

Como decía los acaparadores se sentaron a desayunar, obviamente no iban a perder la oportunidad de observar a la doctora e invitarla a que se sume con nosotros, tampoco podían quitar sus ojos de ella, les doy la razón a mis hermanos varones, ella tenía un pijama demasiado sexy y vaya que sí podía hacer funcionar la imaginación levantando ciertas partes de nuestros cuerpos.

La doctora Brankovič es sexy, demasiadas para mis ojos y un problema que sea mi compañera de departamento.

— Gracias por la invitación y esas donas — habla levantándose de la mesa.

— Nada como desayunar con una hermosa mujer — acota Nick de forma galante.

Pongo los ojos en blanco, Julián y Nicholas no perdían la oportunidad para coquetear con ella.

— En unos días, llamaré a cada uno — les informa.

— ¿Para qué? — consulto con mi ceño fruncido.

— Ya lo verán — responde misteriosa y sonriendo sale de la cocina para dejarnos solos.

¿Con que vendrás ahora, doctora?

Suspiro resignado sabiendo que no me voy a poner negar a ninguna de sus locas ideas y terapias alternativas.

— Es sexy — habla Julián.

— Demasiado y no se como puedes convivir con ella de esa forma mientras se pasea con ese sexy pijama, debes tener las bolas azules — asegura Nick.

— ¡Nicholas! — chilla Faith.

— Es la verdad, dudo que ambos puedan aguantar — lo miro enarcando una de mis cejas. — es notable la tensión sexual y no va a durar mucho — afirma con seguridad.

— Yo les doy dos semanas, he escuchado que hay una nueva terapia en baso al sexo y es muy eficaz — acota Juli.

— ¿Existe eso? — consulto.

— Tú si que le crees todo, están inventando — comenta Faith rodando los ojos.

— Puede que lo hagamos, pero a Cayden le interesa la idea — bromea uno de mis hermanos subiendo y bajando las cejas de manera sugerente.

No puedo con ellos.

— ¿Y Ellie, cómo está? — pregunto tomando mi segundo café del día.

— Enojada, con un instinto asesino que quiere cortarte el pene y darle de comer a los cerdos con el — dice Nick suspirando.

— No es para menos, la jodí por completo — reconozco.

— Es pasajero, dale su tiempo — me pide mi hermana apoyando su mano sobre la mía con calma.

Si todos tenemos nuestros tiempos, solo que un enojo de Ellie Salvatore solo significaba que nunca más volvería a dirigirte la palabra. Para ella no existen las segundas oportunidades, ni había término medio para las cosas, es blanco o negro y es por eso que ese día cuando se enteró de la apuesta me gritó que nunca vuelva a decirle hermana porque ya no me consideraba su hermano mayor. Fuerte y doloroso, pero tenía razón en cada una de sus hirientes palabras.

Difícil de Entender (6° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora