Viktoria.
Otra semana más, un nuevo día empezaba en esta ventosa ciudad de la cual me estaba acostumbrado a estar. Convivir con Cayden se hacia bastante llevadero, tenemos una buena química de convivencia por así decirlo y lo cual deja que él se encuentre avanzando de a poco a este tratamiento que estoy implementado.
¿Defraudarme?
Por el momento viene siendo el paciente más ejemplar, solo debo controlar que las horas de ejercicio o su trabajo no se vuelva una adicción. Los adictos tienen a intercambiar sus vicios, él antes tenía una debilidad por el juego y el alcohol, ahora no debo dejar que lleve otro al extremo como lo es la actividad física o su trabajo. En el momento que vea algo extraño debo cambiar sus rutinas, nada debe generar un comportamiento adictivo para un adictivo en rehabilitación.Esta peculiar mañana había provocado que despierte un poco más temprano de lo normal, aprovechando mi soledad agarré mi libreta acompañada de una buena taza de café para hacer unas anotaciones sobre la evolución de Cayden.
Sus padres debían estar orgullosos de su avance.
Mire mi teléfono en el mismísimo momento que empezó a sonar y suspiré cansada, sabiendo que debía contestar, lo venía ignorando hace varias semanas.
— ¿A qué debo tu llamada? — consulto.
— ¡Hasta que al fin, mi querida sobrina se digna a atender! — ironiza tío Odik detrás de la línea.
— Estaba lideada de trabajo — afirmo.
— Debería preocuparme de tu adicción al trabajo...
— No es una conducta adictiva — lo detengo. — Se manejarlo, trabajo lo justo y necesario — afirmo.
— Sabes que no necesitas hacer esto — me recuerda.
— Sabes que si necesito hacer esto — ahora soy la que le recuerda mi punto.
— Viktoria — murmura suspirando.
— Tío Odik, estoy bien y a gusto con mi trabajo, no necesito que estés preocupado — acoto.
Escucho su risa falsa. — ¡Claro que estoy preocupado! — exclama. — Más al enterarme que mi sobrina mayor está comprometida con un Ivanov — agrega con molesta. — ¿Cuándo carajos pensabas decirme esto? — indaga molesto.
— Es por el bien de nuestra familia — hablo tocando mi nariz.
— No, eso sí que no te lo acepto — me detiene.
Tío Odik está demasiado cabreado.
— Piénsalo bien, un Ivanov con una Brankovič, traería buena dicha a la familia — trato de hacerlo entrar en razón.
— Así como me dices que lo piense mejor pon tu también a trabajar esa linda cabecita tuya y piensa mejor las estupideces que estas diciendo — masculla.
— Es mi vida, tío Odik — sentencio.
— Perfecto — responde. — Es un mes es mi cumpleaños, te quiero aquí porque ese día no solo festejaremos mis cincuenta años sino que también me voy a casar — me informa tomándome por sorpresa.
¿Qué?
¿Tío Odik casándose?
Eso si que tiene que ser una locura.
— ¿De que hablas? — inquiero confundida.
— No eres la única que piensa en la familia, me voy a casar y tendré un hijo — declara.
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Difícil de Entender (6° SAP)
Roman d'amourSexto libro de la Saga Atracciones Peligrosas. Todo tiene un límite. Cuando se toca fondo caes en la realidad de todo lo que hiciste mal durante toda la vida. Los excesos y descontrol sólo traen más problemas, eso le sucede a Cayden. Cayó en su desg...