Capítulo 15.

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Cayden.

Conseguir un avión equipado fue fácil, sobre todo si hablas con tu amigo que tiene uno y no dudo en prestarlo sin preguntar para que lo necesitaba. Después sacar a Noah de esa clínica con ayuda de Viktoria, que no estaba demasiado de acuerdo con el plan fue bastante arriesgado y fácil porque subirlo a una silla de rueda haciendo que daríamos un paseo nos hizo sencillo salir por la puerta grande sin alertar a nadie.
Luego de ahí nos subimos en un auto que nos llevó directo a la zona de embarque donde el avión prestado por Sasha nos esperaba a los tres.

Hace mucho tiempo no viajaba, ahora iba a rumbo a Berlín acompañando a Noah para reencontrarse con Katherine y saber bien lo que sucedía con ella.

¿Loco?

Demasiado loco, que no había tenido tiempo de avisar a mis tíos de mi improvisado viaje que volverá locos a mis padres cuando lo sepan, pero no debían preocuparse, traje conmigo a mi cable a tierra y la que me mantiene alejado de todo lo malo que hay en mi vida.

— La debes amar mucho — digo captando la atención de Noah.

— ¿Qué te hace pensar eso? — contraataca a la defensiva.

Noah es abogado, ambos compartimos la misma profesión y es por eso que sabemos como no decir nada envolviendo a las personas.

— Creo que es obvio, no estaría en un avión complicando su salud sino amará a esa chica — habla Viktoria teniendo toda mi atención en ella mientras la veo colocar el oxímetro en el dedo de Noah controlando su nivel de oxígeno a estas alturas.

Pensar que hace unas horas me pedía que seamos profesionales y luego en mi departamento si esa llamada no nos interrumpía ninguno había reparado en ser profesional uno con el otro.

— No pedimos tu opinión — sisea siendo descortés.

— No le hables de esa forma, Noah — mascullo mirándolo de la peor forma.

No iba a dejar que Noah le falte el respeto a Viktoria.

— Puedo defenderme solo, no necesito que nadie me defienda — me dice frunciendo el ceño.

— Mejor no hables — le pide Noah de forma ruda.

Noah siempre fue de esta forma, pero con este aura de moribundo se volvió más hostil e irritable de lo que recordaba.

— Los hombres como tú son una porquería — declara ella poniendo algo en la nariz de mi amigo.

Viktoria se aleja de nosotros rumbo al baño.

— Te dije que es sincera — comento.

— Es una perra — acota.

— Un poco, es sincera y esa sinceridad duele cuando te dice las cosas — digo suspirando.

— Compadezco que vivas con ella, ya la hubiera matado — murmura tras un largo suspiro y lo veo cerrar los ojos.

Algo me hace levantarme de mi asiento para ir detrás de Viktoria, abre la puerta del baño y la tomó de sorpresa cuando ingreso encerrandonos a los dos en ese minúsculo lugar.

— ¿Qué demonios haces? — me pregunta.

— Nada — contesto.

Ella queda presionada contra el lavado y mi cuerpo.

— Dijimos que íbamos a ser profesionales — dice poniendo sus manos en mi pecho tratando de separarnos un poco más.

— Lo somos, solo quiero pedirte disculpas por el comportamiento de Noah, no está pasando un buen momento...

Difícil de Entender (6° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora