Cayden.
¿Cobarde?
Si, soy un cobarde de mierda huyendo temprano de ella luego no solo de sabotear mis tres meses sobrios sino por ese beso que le dí que mandó al carajo todo.
¡Idiota!
Solo una vez en mi vida había experimentado los celos, cuando tenía dieciocho años y una nueva secretaria del bufete llamó mi atención, pero también la de mi tío Bautista, me comporte demasiado mal con él en ese tiempo pensando que ella podía elegirlo, solo que no me di cuenta lo falsa e hipócrita que era, solo busca algo dentro de ahí y eso en ese momento era cazar a mis tíos Alexander o Eric, lastima que no funcionó ninguna de sus tetras sino todo lo contrario cabreo tanto a mis tías Amy y Jessica que no quedó otra que sacarla antes de que todo se ponga peor.Esa fue la primera vez que jugaron con mi corazón de esa forma y luego cuando me enamoré de compañera del trabajo, Paula, sigue en el bufete, es una excelente abogada de familia y lo que una vez me hizo mirarla con otros ojos hoy solo genera repugnancia. No tenía buenas decisiones si se trataban de relaciones a largo plazo, todas fallaban porque me usaban de intermediario para un fin.
¿Por qué estaba pensando en relaciones?
Subirme a ese taxi, salir dos horas antes de mi rutina normal diaria, si me dejaba como un cobarde que no podía enfrentar a Viktoria como deseaba. No solo le falle, ella confiaba demasiado en mí y terminé rompiendo ese vínculo cuando robe todas esas botellas de muestra de Ginebra del bufete sin olvidar esa absurda sensación de celos que tenía al pensar que va a casarse cuando termine con mi tratamiento, no quería eso, odiaba la idea de ella casada y no se porque me llevo al problema que desencadena todo, el beso.
La besé y ella me devolvió el beso.
¿Cómo nos deja eso?
La jodimos y a lo grande.
¿Qué debo decirle?
— ¡Cay! — exclama mi abuela Catalina al abrir la puerta de su casa.
— Necesito esconderme — musito dejando que me estreche entre sus brazos.
— No puedo ser tu abogado si confiesas el crimen — escucho que dice mi abuelo Julián llegando a nosotros.
— No cometí ningún crimen — aseguró abrazándolo.
— Ven pasa, estábamos a punto de desayunar — dice ella tirando de mi mano para que la sigue.
Si necesitaba un consejo siempre recurría a mis abuelas, ellas dos son muy sabias.
— ¿Qué tal tu vuelta al bufete? — consulta mi abuelo mientras esperamos que nos sirvan el desayuno en la mesa.
— Estoy reorganizando todo, bueno mi vida en si ....
— Eso es bueno, de seguro esa linda psiquiatra que tienes esta ayudando mucho — acota mi abuela.
¡Mierda!
La misma psiquiatra que anoche la hice romper nuestro lazo médico ‐ paciente.
— Tus hermanos vinieron a ofrecerme participar en una apuesta....
— Tú, no, por favor — lo detengo llevado mi mano a mi cara frustrado.
Mis hermanos y sus tontas apuestas.
— Solo afirmaron que por ahí alguien terminaba atado al cuello con su sexy niñera — sonríe negando su cabeza. — No entendía su punto hasta que Faith me comentó a que hacian referencia — agrega mirándome a los ojos.
— Odio que le digan que es mi niñera — mascullo.
— No es tu niñera, es tu psiquiatra y regañe a esos niños por decirle de esa forma hacen desmerecer sus años de estudio y formación — afirma ella.
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Difícil de Entender (6° SAP)
RomanceSexto libro de la Saga Atracciones Peligrosas. Todo tiene un límite. Cuando se toca fondo caes en la realidad de todo lo que hiciste mal durante toda la vida. Los excesos y descontrol sólo traen más problemas, eso le sucede a Cayden. Cayó en su desg...