Capítulo 31.

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Viktoria.

No podía creer todo lo que había sucedio en menos de tres días. Volver a ver a Cayden, contarle de mi embarazo, su sorpresa, decirme sus sentimientos, tener el valor de poder sin miedo expresar los míos y terminando con nuestra velada que fuimos interrumpidos por la gente de La Garduña, pero una sonrisa se fue a mi rostro mirando el anillo que llegó a poner en mi dedo anular, como símbolo de promesa que vendría por nosotras.

Se que volverá a nosotras.

Anoche había liberado una parte de mi vida, dejando por fin el pasado atrás. Mis palabras hacia Cayden fueron tan sinceras, como dice no fuimos éticos, pero nuestro destino estaba marcado desde el momento que nos conocimos. Su vida cambió y la mía también, juntos sanamos heridas además de madurar mucho más en el proceso.
Nunca sentí amor, les tenía tanto miedo a los hombres, a lo que podrían hacerme imaginando que eran igual a la basura que me tocó de padre, pero cada una de esas ideas se fueron en el momento que mis ojos dejaron ver la verdadera esencia de Cay, intentarlo con él fue la mejor decisión.

Se que mi futuro está destinado estar a su lado y que sea cual sea la decisión de él respecto a la mafia, ahí estaría para apoyarlo.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando la puerta de mi habitación se abre dejandome sorprendida de ver a mi hermana menor, Cadya.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto sorprendida.

— Tenía la semana libre y dije porque no pasar tiempo con mi hermana además de tratar de conocer un poco más a nuestro medio hermano — me cuenta quitándose sus zapatos para acostarse a mi lado.

— Alexandr esta en Chicago con su novia y creo que estará varios días perdido — acoto.

— ¿Y qué tal es ella? — consulta con curiosidad.

— Mackenzie es ideal para él, fuerte, decidida y ama demasiado a nuestro hermano, eso es lo más importante.

— Quiero conocerla — murmura Cadya.

— Cuando venga a Rusia, te diré para que puedas conocerla — aseguro.

Mi hermana pega un grito de sorpresa, que me sobresalta de la cama y no entiendo hasta que veo que anonadada marca el anillo en mi mano.

— Cadya — sonrío.

— ¡Te vas a casar! — chilla llevando su manos a la boca.

La puerta de la habitación se vuelve abrir de manera brusca dejando a tío Odik a nuestra vista con su revolver en mano.

— ¿Están bien? — consulta a nuestro alrededor.

— Viktoria se va a casar — le responde levantando mi mano para que pueda ver el anillo en mi mano.

— Asi que el muchacho lo hizo — acota tío Odik con una sonrisa divertida. — ¿Dónde quedo la frase de mi sobrina que no se iba a casar? — bromea.

Le doy una fulminante mirada.

Es un maldito porque usa mis propias palabras en mi contra, solo para molestarme.

— No es que nos vamos a casar, sino que él vendrá por nosotras...

— ¿A dónde se fue?

— La Garduña lo vino a buscar y para protegernos, se tuvo que ir — le cuento viendo como el ceño de nuestro tío se frunce.

— ¿El padre de tu hija es un mafioso? — pregunta mi hermana.

— Algo así — me encojo de hombros.

Es difícil explicar la situación.

— Hablaremos en un rato — determina nuestro tío cerrando la puerta de la habitación.

Difícil de Entender (6° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora