21: Ternura

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Zoro abrazo a Sanji y en el sofa quedaron dormidos.

A la mañana siguiente, el rubio se encontraba aferrado al brazo del peliverde quien estaba recargando su cabeza en la del de cejas rizadas, en una pose que a cualquiera que la viera le causaría ternura.

Zoro fue el primero en despertar, parpadeo varias veces para ubicarse, no lo logró, trató de levantarse pero había algo que se lo impedía, sonrió con cariño al ver a ese lindo "patito" de cejas rizadas que le prohibía levantarse.

-Buenos días cejas de diana... - Susurró y recibió solo un quejido del menor. - Ya Sanji, despierta, tengo hambre y tengo que ir a trabajar.

-N-no vayas...- Sanji se acurrucó más en sus brazos.

-Jajaja, Sanji, solo trabajo una vez a la semana, estaría mal no ir ¿no crees?

-Pero quiero estar contigo. - Sanji se aferro al brazo de Zoro con más fuerza haciendo sonreír al peliverde.

-¿Y si vienes conmigo? Te encantarán los niños, son unos diablos... Yo los odio pero quizás te agraden a ti.

-Vale... - Se frotó los ojos y sonrió levantándose, acarició el cabello de Zoro sonroja dose levemente.- Amo tu cabello.

-Lo odiara cuando recuperes la vista, te dará asco.

-Estas loco, no te quiero por como eres, te quiero por quien eres... Sin embargo el aspecto físico también es importante, si es color caca si me dejaras de gustar.

-¡Jajajajaja! - Rio con fuerza el mayor ante las estupideces del rubio.

Sanji se ducho con rapidez y fue a preparar el desayuno para su perro, para él y para Zoro, mientras Zoro se bañanaba, el peliverde tardaba más arreglandose.

Ambos desayunaron con rapidez, huevos con tocino y para el hermoso perro de pelos dorados, había croquetas mezcladas con carne especial para perro; Se lavaron los dientes, Sanji se puso sus gafas y tomó la cadena del animal para ir al trabajo de Zoro, era la primera vez que iría, estaba emocionado... Y mas por recordar su tierno episodio de la noche anterior, había besado a Zoro... Y varias veces, ¿qué eran ahora? ¿Solo dos amigos que se besaban o algo más?

Zoro pensaba que le hubiera gustado que ese día fuera sábado y así no iría a trabajar, así se quedaría en la cama con el rubio, porque, incluso aunque acababa de despertar y el había dicho que tenía que ir a trabajar, tenía sueño.

Llegaron al dojo donde trabajaba Zoro.

-Ohayou gozaimasu Zoro-sensei.- Decían los pequeños aprendices de Kendo, como era un deporte japonés, solían hablar con algunas palabras japonesas.

-Ohayou gozaimasu Tori.- Saludo a la niña el peliverde. - ¿Ya están todos adentro?

-Hai, solo falta por llegar Mihawk-sensei, dijo que vendría a darnos una platica.

-Bien, por cierto Tori, te presento a Sanji, Sanji, ella es una de mis mejores alumnas, te impresionar ias si la vieras, es capaz de vencer a chicos más grandes que ella, tiene solo 9 años.

-Vaya... Debe ser impresionante, un gusto señorita, usted debe ser ruda, le aviso que solo estoy aquí de acompañante así que no se preocupe, no soy ninguna amenaza para usted, tenga piedad de mi. - Sonrió el rubio haciendo sonrojar a la pequeña.

-¡Mucho gusto Sanji-sama! N-no se preocupe, Zoro-sensei me sobrevalora, no soy tan fuerte. - Decía apenada, se sentía atraída al rubio, algo que causaba ternura al mayor que lo notó.

-Vale, pero Zoro no sobrevalora a nadie, si acaso a él, es un espadachín orgulloso.

-Callate cocinero. - Dijo Zoro acariciando la cabeza del rubio mientras sonreía, le gustó ver a Sanji tratando bien a los niños; Zoro tenía una fuerte coneccion con el pequeño Tony Tony Chopper y odiaría ver a Sanji llevarse mal con el menor, él comportamiento tierno de Sanji lo tranquilizaba.

I don't see you... but I love you!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora