I don't see you... but I love you!!

33: Nervioso

-¡Estoy jodidamente nervioso! - Gritaron ambos jóvenes.

***

Finalmente, Zoro y Sanji decidieron quedarse en casa del peliverde a, prácticamente, hacer nada.

El rubio cocino, el peliverde lo observó.

El peliverde hizo lagartijas y el rubio se sentó sobre él para darle mayor dificultad.

Comieron juntos mientras escuchaban música Clásica.

Conversaron mientras jugaban domino.

Zoro le dio una imagen mental de como era el cielo estrellado afuera; apenas eran las siete en punto pero ya se había oscurecido por el cambio de horario.

El rubio sugirió ir al Zócalo de la ciudad para bailar y el peliverde se lo concedió.

Bailaron incluso después de que la banda se hubiera ido siendo observados por algunos ancianos que sonreían recordando su juventud, orgullosos de fueran almas libres y felices que no les daba pena ser observados mientras se divertían, ancianos llenos de recuerdos al ver a la feliz pareja, ancianos que no juzgaban al rubio y al moreno.

Zoro dejó a Sanji en su casa y le dio un tierno beso en los labios, lo acompaño a su cama y lleno su rostro de besos mientras el rubio sonreía felizmente.

Finalmente se despidieron, al día siguiente no se iban a ver en la tarde como siempre, iban a ir cada quien por su lado, habían decidido que irían cada uno por sus compras navideñas, obviamente para su familia, definitivamente no era una excusa para ir a comprarle algo al otro, no, claro que no, pero al final de su siguiente día, Zoro iría a beber ponche en casa de Sanji y lo ayudaría a poner su árbol.

***

Volviendo al presente, Sanji había ido con Ace, Março y Thatch, sus amigos, a hacer sus compras navideñas, iba caminando con Thatch cuando grito aquella frase.

-Jajaja relajate, ¿te dijo que te amaba no? Va a amar lo que sea que le compres. - Trato de calmar Tahcth con una sonrisa.

-No es eso... - El rubio paso sus dedos por sus rubios cabellos, apenas había asimilado que en Navidad iba a acostarse con su lindo marimo.

-¿Entonces? - Thatch levantó una ceja y tomó la mano de Sanji sin ninguna mala intención, lo arrastró hasta un pasillo donde Ace y Marco no los escucharan, sabía que Sanji no quería que todo el mundo se enterara, necesitaba solo a alguien de mucha confianza. - ¿Qué te tiene tan preocupado?

-Zoro.

-... ¿Y no es el regalo? Hermano, con una botella de sake lo harás feliz.

-Lo sé, es alguien fácil de complacer pero... Estoy nervioso porque le prometí que en Navidad yo... Bueno los dos... Haríamos el amor. - Su voz disminuyó poco apoco hasta apenas ser un leve chillido.

-¿Hacer el amor? - El rubio asintió varias veces. - Pues yo igual estaría nervioso si tuviera tu edad y siguiera diciéndole "hacer el amor" al sexo.

-¡Ay idiota! - Sanji le dio una suave patada en su estómago haciendo reír al otro cocinero.

-Jajaja solo di coger y ya, suena menos estupido que "hacer el amor".

-Hacer el amor no es estupido y coger suena muy grotesco. - Sanji suspiró, se había desviando del tema. - El punto es que voy a "hacerlo" con Zoro en navidad.

-¿Hacerlo? ¿Hacer que? - Fastidio el de al cicatriz.

-...Hacer el amor... Co-co-ge... No puedo.

-Jajajaja bien, y estas nervioso por eso. - El rubio asintió apenado. - ¿Y por qué? ¿Eres Sanji no? ¿El dios del amor?