10: Manos

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La amable mesera tomó la orden de los dos jóvenes y estos sonrieron, luego se formó un momento de silencio.

-Y... ¿Tienes calor? - Zoro hizo una pregunta estúpida y evidente.

-Pues... Si, ¿tu no ? - Preguntó Sanji qué estaba igual de nervioso que Zoro, nunca habían ido a otro lado juntos, siempre se limitaban a platicar sentados en aquella banca del parque.

-Si.

Una vez más ese incómodo silencio llegó, ambos lo odiaban, ¿Cómo podían platicar horas todos los días en el parque, y está vez, en un restaurante no? ¿La banca tenía algo especial? ¿Era el parque el que hacía que la magia de las palabras fluyera? ¿O ambos eran muy idiotas porque se sentían en una cita y no querían echarlo a perder? Bueno, pues si ellos no lo echaban a perder lo haría la hermosa camarera que se sintió atraída al buen cuerpo de Zoro.

-Aquí están sus bebidas caballeros... Y algo más para usted. - Le guiño el ojo a Zoro, había escrito su numero telefónico en su servilleta.

Zoro trono la lengua, estaba acostumbrado a esas chicas que sólo se fijaban en su físico y se dedicaban a molestarlo, bueno, según él.

-¿Qué sucede? - Preguntó Sanji al escuchar la queja de su compañero.

-Nada, esa chica que nos trajo las bebidas me dio su número aunque no lo pedí, debería respetarse más a ella misma.

-Pienso que es lindo y que tu eres un grosero. - Dijo Sanji dándole un trago a su infusión de frutos tropicales. - Imagínate que ers tu la chica y te le acercas a un chico lindo, entonces le das tu numero porque piensas que es guapo y el chico dice "Además de desorientado soy muy directo y cruel así que lárgate de aquí niña, respétate más" - Dijo haciendo su voz grave. - Sería algo triste ¿no lo crees?

-Pero yo no soy una chica. - Dijo Zoro ladeando la cabeza. - Y yo si me respeto.

-Ay idiota... No tienes remedio. - Sanji sonrió y se acomodó las gafas correctamente.

-¿Quieres saber cómo es el lugar? - Preguntó finalmente Zoro recibiendo una rápida afirmativa del rubio. - Es grande, sus colores son brillantes, las paredes están formadas por rectángulos rosas y blancos, totalmente limpios, el suelo es verde agua, las sillas de metal y los cojines rosados, es todo muy colorido... Como una casa de muñecas, no me agrada mucho... Hay gente de todo tipo, a tu derecha hay unos altos que parecen ser extranjeros, atrás de ti es una familia alegre seguramente de por aquí, y más al fondo hay una pareja tomando de una malteada con dos pajilla.

-Que romántico... - Interrumpió Sanji ganándose una sonrisa del peliverde.

-Y bueno ya, tu bebida está en una tácita blanca el líquido ese que pediste es amarillo... Esta raro, tiene hojitas de colores flotando... ¿Pediste agua de verduras?

-¡Jajajaja! ¡No! ¡Pedí una infusión de frutos tropicales! - Dijo divertido Sanji. - ¿Quieres probar? Sabe rico. - Ofreció el rubio.

Sanji puso accidentalmente su mano sobre la de Zoro y este se sonrojo de inmediato, desvío la mirada y rascó su nunca, luego respiró para controlarse y aceptó la oferta de Sanji, con su mano libre tomó la taza y dio un trago.

-Está caliente... - Dijo Sanji pero Zoro le ignoró y... Se quemó la lengua.

-¡ESA PORQUERÍA ESTA HIRVIENDO!- Zoro se apresuró a tomar de su propia bebida mientras Sanji moría de risa, escuchar todas las quejas de Zoro le hacían reír.

-Te dije que estaba caliente tonto. - Sanji acarició con su pulgar la mano de Zoro mientras el peliverde seguía bebiendo de su refresco de cereza con un toque de sake.

I don't see you... but I love you!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora