I don't see you... but I love you!!

32: Promesa

Ambos jóvenes ya estaban muy excitados, ambos querían más, pero solo uno quería esperar el momento indicado.

-Jodido cejas de diana... Ahora si quiero violarte. - Dijo Zoro mientras se frotaba contra el trasero de Sanji con más fuerza.

-¡¿Qué?! ¡NO! ¡¿Estas de broma verdad?! - Se alteró el rubio.

-No, tu trasero me llama... Dice que me quiere adentro... - Lamio del cuello a la oreja del rubio.

-Idiota, no, no, ¡No lo permitiré! - Sanji se giro para quedar boca arriba nuevamente, sin embargo, Zoro seguía frotándose contra Sanji, así que eran sus dos miembros los que chocaban esta vez.

-Vamos... Admite que igual estas excitado, ¿planeas que sólo lleguemos hasta aquí?

-Si a las dos cosas... Zoro, mi amor, te prometo lo haremos, pero por ahora es todo ¿si? - Sanji acarició la mejilla de Zoro con cariño.

-¿Es una promesa? - Zoro hizo un puchero.

-Por supuesto, es una promesa. - Sanji sonrió y beso tiernamente los labios de Zoro. - En navidad haremos el amor.

-Bueno... Iré al baño a bajarme la ereccion, pero quiero decirte algo Sanji. - Acerco su rostro al de Sanji sin besarlo. - Mientras más me haces esperar, con más fiereza te tomaré. - Sonrió y beso la mejilla del rubio. - Conocerás la otra cara del Tigre, y eso también es una promesa.

Sanji se sonrojo totalmente y Zoro sonrió dejando al rubio en la cama, se dirigió al baño para hacer lo que había dicho que haría y el rubio quedó pasmado, paralizado por la promesa que acababa de hacer.

Navidad... La fiereza... La otra cara del Tigre... ¿Significaba que Zoro lo iba a hacer gritar en la noche de navidad? Sanji se sonrojo totalmente, habia cometido una de las mejores estupideces del mundo, el también se moriría de ganas por la espera de Navidad y la noche en la que Zoro y él se harían uno.

Sanji seguía pensando en ello cuando Zoro volvió más tranquilo, sonrió al ver a su rubio pero lo notó raro, estaba sonrojado mientras jugueteaba con sus dedos y tenía los ojos cerrados, no lo pensó dos veces, se lanzó a la cama quedando su barbilla en el pecho de su novio para preguntarle que pasaba mientras se pegaba al cuerpo de Sanji como un gato.

-N-nada bebé. - Respondió dulce Sanji mientras acariciaba al musgo. - Solo pienso un poco.

-¿Y que piensas? - Zoro cerró los ojos para disfrutar las caricias que su novio le daba en su cabeza.

-Pues...- Pensó en decirle que pensaba en él y en su siguiente Navidad, que pensaba en que ya lo conocía de antes cuando podía ver, en que tener una noche romántica con el le encantaría pero también se moría de ganas por ser destrozado en una noche de pasión, pero finalmente decidió decir otra cosa. - Ya sabes... Tu y yo siempre hacemos lo mismo.

-¿A que te refieres?

-Ir al parque todos los días, me regalas una imagen mental, platicamos por horas y nos vamos a casa cada quien por su lado... A veces cambia y vamos a la cafetería o con tus amigos de fiesta como anoche, a veces nos quedamos en la casa del otro como hoy pero al final siempre volvemos al parque... Monotonía ¿sabes? Pienso en eso, la monotonía. - Y si, pensaba en eso pero no en ese momento.

-Ya veo, ¿Y quieres hacer algo diferente?

-No, dentro la monotonía de la rutina, hay algo siempre distinto, nuestras charlas siempre son diferentes y las imágenes cambian... No lo sé Zoro, creo que le das luz a mi vida y eso hace que incluso la monótona rutina me encante. - Sonrió dulce resaltando sus rosadas mejillas y haciendo a Zoro abrir los ojos, el moreno sintió a su corazón dar un brinco, aquel rubio era hermoso