5- La llave del futuro está en el pasado

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Llegamos a Pueblo Escaso después de casi una hora, aunque algo sudorosas ya que salimos pitando a gran velocidad de la Ruta 101. Haciéndole honor a su nombre, en Pueblo Escaso había muy pocas casas y lo único destacable que había allí era el Centro Pokémon, que tenía construido allí unos dormitorios y un comedor. También había un Mercado Pokémon. Había una colina en la que había unas extrañas estructuras antiguas.

Como es obvio, el primer lugar al que fuimos fue el Centro Pokémon, en donde rápidamente llevamos a Torchic con la Enfermera Joy. Las paredes del Centro Pokémon eran verdes con los techos y el piso de un color anaranjado, con las luces en las paredes.

-Enfermera Joy, ¿podrías a mi Torchic?- le preguntó May.

-No hay problema- dijo al Enfermera Joy tomando a Torchic y su Pokébola, metiéndolo a esta.

Acto seguido puso a Torchic en una máquina y empezó a un teclado que estaba delante de la máquina que tenía tres pantallas de color azul oscuro con ondas celestes y varias gráficas.

-Vamos a verlo- dijo la Enfermera Joy mientras presionaba el teclado de la máquina.

-¿Crees que esté bien?- le preguntó May.

-Espera un segundo...- dijo la Enfermera Joy para luego voltearse a vernos –Torchic está bien, necesita descansar en la máquina y en unos minutos estará listo-

-¡Que buena noticia!- dijo May aliviada.

-¿Te sientes mejor May?- le pregunté.

May asintió con la cabeza, pero luego se escuchó como su estómago crujía.

-Parece que tienes hambre. Yo también me siento un poco hambrienta, será mejor comer algo mientras esperamos que Torchic se recupere- le dije.

-Buena idea, yo invito, después de todo yo ley estoy dando un tour por Hoenn- dijo May guiñando el ojo.

-No, insisto, siento que debería ser yo quien debería pagar- le dije.

-No amiga, tú y Meloetta ya han hecho mucho por nosotros, déjame les pago como se debe- dijo May.

Ante la insistencia de May cedí y al momento de ir al restaurante adjunto del Centro Pokémon ella pagó toda la comida. Nos sentamos en unos sillones amarillos pegados a unas ventanas con vista hacia afuera. Entre cada par de sillones había una mesa de plástico blanco sostenido por una base metálica y encima unas luces colgantes de metal. En resumen, tenía la apariencia de un restaurante americano comercial de clase media. Como yo estaba acostumbrada a lo mejor, se me hacía un lugar bastante corriente, pero al menos la comida era disfrutable.

-"Como me desagrada el estilo yanqui, tan impersonal y vulgar"- pensaba soberbiamente mientras comía.

-"Para mi tiene cierto toque hogareño y relajante"- me dijo Meloetta telepáticamente mientras comía.

-Delicioso. Sabes, estos Centros están bien. Todo lo que una podría querer en un solo lugar- dijo May mientras comía.

-Espera, ¿nunca habías ido a un Centro Pokémon en tu vida?- le dije sorprendida.

-No, ni siquiera al que está en Ciudad Petalburgo- me dijo May.

-¿A qué se debe eso?- le pregunté.

-Pues es que yo estoy más interesada en saber dónde están las tiendas, los mejores restaurantes, las boutiques de moda y esas cosas- dijo May con una sonrisa para luego mostrarse seria -¿te puedo decir un secreto?-

Reporte de misión: Operación PangeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora