24- Una tarde en el Museo

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Max y yo decidimos ir al Museo Marino, que consistía en tres edificios similares que tenían forma ovalada y cuyas paredes eran de color turquesa y había un traga luz en el edificio principal. Al llegar, para nuestra sorpresa, nos encontramos un letrero que decía que el edificio estaba cerrado.

-¿¡No puede estar cerrado!?- dijo Max incrédulo.

-Que lastima, será mejor volver con May y Shauna- dijo Meloetta tratando de evitar que yo pudiera apoyar al Equipo Magma y Equipo Aqua lograr sus fechorías.

-Es muy extraño, se supone que abren todos los días- dijo Max sacando una guía de turistas que había comprado en el Centro Pokémon.

-Tal vez estén en reparaciones- dije.

-Pues yo no me voy sin visitarlo- dijo Max tratando de buscar otra entrada.

-Espera Max, no hay que meternos en problemas- le dije.

Entonces Max trató de subirse por unos barandales, pero no podía.

-Yo entrare a este museo así sea lo último que haga- dijo Max decidido.

-"¿Pero qué le pasa a este niño?"- pensé.

-¡Oye niño!- le gritó un niño a lo lejos.

Esto sorprendió a Max, quién cayó al suelo de pompas, lo que le dolió mucho. Entonces nos giramos para ver quién le había llamado la atención a Max y este era un pequeño de como seis años de tez blanca, cabello castaño, ojos cafés que utilizaba un sombrero de paja, una camisa de tirantes blanca con pantaloncillos azules de mezclilla y unas sandalias azules.

-¿¡Para que estás escalando esa pared!?- le preguntó el niño de manera acusatoria.

-Yo estaba subiendo por ahí porque...- dijo Max tratando de darle una buena explicación.

-¡No me mientas! ¡Es obvio que querías robar las cosas del museo! ¡Eres un ladrón!- le gritó el niño de manera agresiva señalándolo con la mano izquierda.

-¡No, no es cierto! ¡No soy un ladrón!- le dijo Max.

-Sí, su único error fue tratar de meterse a la fuerza al museo- dije defendiéndolo.

-¿Tú también eres una ladrona?- me preguntó el niño con un tono serio.

-¿¡Ladrona yo!? No me insultes niño- le dije con tono de ofendida.

-¡Sí, les daré una lección!- dijo el niño sacando una Pokébola -¡Spheal, yo te elijo!-

-¡Spheal! ¡Spheal!- dijo Spheal feliz al salir de la Pokébola, aplaudiendo con sus aletas.

-¡Ay! ¡Qué ternurita!- dijo Meloetta.

-¡Muy bien! ¿Listo Spheal? ¡Lanza tu Chorro de Agua a esos criminales ahora!- dijo el niño.

Pero el Spheal solo aplaudió de gusto.

-¡Hmmm! ¡No te dije Aplaude! ¡Deja de aplaudir y utiliza Chorro de Agua!- dijo el niño molesto.

Spheal obedeció, solo que se volteó a s Entrenador y lo empapó con Chorro de Agua.

-Esto me recuerda a los inicios de May- dije.

-Sí, lo recuerdo como si hubiera sido ayer- dijo Meloetta.

-Fue ayer- dije.

-Entonces lo recuerdo muy bien- dijo Meloetta.

Reporte de misión: Operación PangeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora