8- Un tutorial innecesario

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Entonces llegó rápidamente un niño de como ocho años, un poco pequeño para su edad, flaco y frágil, con el cabello verde desordenado que se levantaba, de piel pálida y ojos grises azulados. Vestía una camisa blanca abotonada de manga larga con botones de color azul pálido, verde caqui, pantalones ligeramente holgados que son similares al color de su cabello y zapatos sin cordones que eran de color azul pastel con suelas blancas. El niño parecía que de un estornudo se iba a morir.

-Eh... yo... quisiera conseguir un Pokémon, por favor...- dijo el niño todo temeroso.

-¿Cómo? Ah, así... Tú eres Wally Mitsuru, ¿no?- le dijo Norman.

-Sí. Voy a vivir con unos parientes en Pueblo Verdegal. Pensé que me sentiría solo allí, así que había pensado que podría llevarme un Pokémon conmigo. Pero nunca he conseguido atrapar uno, no sé cómo se hace...- dijo Wally un poco apenado.

-Ya veo...- dijo Norman -¿Han oído May y Max? ¿Por qué no acompañan a Wally a atrapar a un Pokémon y vigilar que no se haga daño?-

-¡Genial, será un buen momento de poner todo lo aprendido en práctica!- dijo Max emocionado.

-Toma, Wally, te presto uno de mis Pokémon, es un Zigzagoon- le dijo Norman a Wally dándole una Pokébola.

-¡Halaaa! ¡Un Pokémon!- dijo Wally muy emocionado y sorprendido.

-También te voy a dar unas Pokébolas. ¡Adelante!- dijo Norman sacando unas Pokébolas de sus bolsillos y dándoselas a Wally.

-¡Wow! ¡Muchas gracias!- dijo Wally para luego voltear a ver a May y a Max, algo apenado –May, Max, ¿de verdad que van a venir conmigo?-

-Sí, claro- dijo May.

-Nosotras también vamos contigo- dijo Meloetta.

-Eh... creo que tres ya son multitud- dije tratando de no ir con ellos, ya que lo que quería era chantajear a Norman.

Sin embargo, Meloetta me conocía bien y sabía de mis intenciones, por lo que ella quería alejarme del matrimonio Senri lo más que pudiera.

-¡Tonterías! Y si algún imprevisto pasa Meloetta podrá protegernos- dijo Max.

-Así es, es mejor andar en grupos y más con esos misteriosos delincuentes allá afuera- dijo Norman.

Sin más remedio tuve que acompañarlos y regresar por la Ruta 102 como si fuera una niñera. Quería quitarme a una novata de encima y ahora tenía tres. Parecía que por cada dos pasos que daba en misión retrocedía uno.

-May, Max... los Pokémon se ocultan en la bierva alta como ésta, ¿verdad?- dijo Wally mientras nos adentrábamos en la hierba alta.

-Por lo general sí, pero hay quienes se ocultan en los árboles o van caminando por el bosque sin miedo alguno- explicó Max.

-Muy bien. Por favor, obsérvenme a ver si lo hago bien... ¡Uaaaaah!- dijo Wally avanzando hasta que se encontró con un Ralts.

-Ralts- dijo Ralts saludando a Wally con una sonrisa.

-¿¡Qué hago!?- dijo este Wally todo asustado.

-¡Saca a Zigzagoon!- le dijo Max.

-¡S-sí!- dijo Wally sacando de la Pokébola a Zigzagoon.

-¡Zigzagoon!- dijo Zigzagoon.

-Bien, ahora tienes que debilitar a Ralts para capturarlo. Ese Zigzagoon solo sabe Tacleada, así ordénale que haga eso- dijo Max.

-Muy bien. Zigzagoon, utiliza Tacleada- le dijo Wally.

Zigzagoon se fue corriendo hacia Ralts y le dio a este una buena Tacleada que hizo que Ralts rodara por los suelos varios segundos. A pesar del dolor del ataque, el Pokémon sonrió, como si estuviera disfrutando de la pelea, respondiendo el ataque con un ensordecedor pero tierno Gruñido, aunque esto asustó a Wally.

-¡Hay, qué miedo!- dijo Wally asustándose y retrocediendo algunos pasos.

-¡Debes calmarte y mostrarte firme sino tu Pokémon perderá la confianza en ti y en sí mismo! Los Gruñidos bajan la confianza del Pokémon y hacen que ataquen con un poco de temor, pero aún pueden seguir peleando- le dijo Max.

Wally se mantuvo callado por unos segundos y luego apretó la mano derecha. Se mantuvo firme ante la situación.

-¡Zigzagoon, Tacléalo una vez más!- le dijo Wally.

El Zigzagoon fue corriendo hacia Ralts, quién se agachó y esquivó el ataque, riendo un poco, pero el Zigzagoon logró darle la Tacleada por la espalda y tumbarlo al suelo. Uno nunca debe bajar la guardia. Ralts trató de levantarse pero estaba muy debilitado, por lo que solo lanzó un gruñido que asustó un poco a Wally, pero no tanto como antes.

-¡Ya vale, Zigzagoon! ¡Ven aquí!- le dijo Wally regresándolo a la Pokébola –Ahora debo lanzar una Pokébola, ¿no?-

-¡Así es Wally! ¡Lánzala con todas tus fuerzas!- le dijo Max apoyándolo.

-¡Intentaré hacerlo lo mejor posible!- dijo Wally sacando una Pokébola.

Wally lanzó la Pokébola hacia Ralts, quién aceptó a Wally como su Entrenador y no hizo intento alguno de escapar. La Pokébola le pegó en su cabecita y una luz roja lo absorbió y lo metió dentro de la Pokébola. Esta se movió por unos segundos hasta que se quedó quieta. Wally puso una cara que mostraba que no podía creerlo.

-¡Ya está! ¡Felicidades Wally! ¡Ralts ha sido atrapado!- dijo Max en tono de celebración.

-¿¡Lo hice!?- dijo Wally incrédulo.

-¡Así es! ¡Muchas felicidades Wally!- le dijo May al pequeño mocoso.

-Lo he hecho... ¡He atrapado a mi primer Pokémon!- dijo Wally celebrando levantando la Pokébola en la que estaba Ralts.

-"Estos niños celebran lo más mundano como si fuera la hazaña más grande del mundo. Y para colmo solo me están haciendo perder el tiempo"- pensé desesperada.

-¡Muchas gracias! ¡Volvamos al Gimnasio!- dijo Wally.

Así, pues, regresamos a Ciudad Petalburgo, en donde yo esperaba sacar algún provecho de los problemas maritales de Norman y Caroline, sin importarme lo que le pudiera pasar a May y a Max.

Reporte de misión: Operación PangeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora