Pasaron los días, pero, por más que buscaba, Zinnia no aparecía. No me di por vencida y mantuve la paciencia. Sabía que tarde que temprano ella aparecería. Y ese día llegó.
Era el 27 de marzo del 2003. Estábamos en la reparada Estación Espacial de Ciudad Algaria con Steven, su padre el Señor Stone, Tate y Liza, quienes, para nuestra (bueno, la verdad la mía no), su padre era el capitán de los astronautas y el director del Centro Espacial de Ciudad Algaria. El motivo de nuestra visita no (solo) se debía a que Tate y Liza querían darnos un recorrido por la Centro Espacial, sino para presenciar la destrucción de un meteorito, el antes conocido Cometa Delta.
El Cometa Delta era un cometa enorme de más de 10 kilómetros de diámetro, cuando cruzaba cerca de la Tierra, tenía la particularidad de dejar un hermoso destello verde tras de sí. Cada cierto número de años volvía a pasar por la Tierra, pero, por alguna extraña razón, semanas antes había cambiado de curso y se dirigió de lleno a la Tierra e iba a aterrizar justo sobre Hoenn, para ser exactos, en la Ruta 131, a unos cuantos kilómetros de Arrecípolis.
Japón, así como la ONU, se pusieron rápidamente a la marcha para idear un plan para acabar con el Cometa Delta, considerando que lo mejor sería que un grupo de astronautas implantaran una serie de explosivos en el cometa, ahora convertido en meteoro, para así lograr que, si el Cometa Delta no es destruido por los explosivos, mínimo hacer que cambie de trayectoria y el personal y el cohete que se encargaría de esto sería el del Centro Espacial de Ciudad Algaria y el padre de Tate y Liza sería el encargado de tan importante misión.
Como el impacto del Cometa Delta supondría la destrucción de Hoenn y múltiples daños para Japón y el mundo, lo que afectaría nuestros intereses, mi familia me pidió que me asegurara de que el cohete despegara sin problema alguno. Asimismo, pedí que pusieran de inmediato en marcha diversos planes movilizando a diferentes países, sobre todo China y la India, por si acaso el plan original fallaba.
Steven y su padre se fueron al centro de comando del Centro Espacial, por lo que, como la misión sería a las seis de la tarde, Tate y Liza aprovecharon para darnos un tour guiado por el Centro Espacial de Ciudad Algaria, permitiéndonos subir a unas máquinas de entrenamiento de astronautas que nos hacía girar a gran velocidad. Meloetta se lo estaba pasando de lo lindo gritando como si estuviera en una montaña rusa mientras yo me estaba mareando. Terminamos la sesión y cada una salió de su máquina, saliendo Meloetta tranquila y fresca como lechuga mientras que yo caminaba como si estuviera ebria y luego me caí.
-¿Te mareaste un poco?- me preguntó Max.
-No, estoy bien- le respondí sarcásticamente.
-¿Por qué tú no estás mareado Meloetta?- le preguntó May.
-Debe ser porque tengo mucha experiencia con las altas velocidades y cambios bruscos de dirección por las peleas- dijo Meloetta.
Meloetta me ayudó a levantarme del suelo y sentí por varios minutos que la habitación seguía girando. Luego May sacó a Combusken, Beautifly, Skitty y Bulbasaur para que se divirtieran también subiéndose a las máquinas, terminando Skitty algo mareada.
Posteriormente nos llevaron a un cuarto especial de entrenamiento donde un cuarteto de Baltoy usaron Fuerza Psíquica y nos hicieron flotar en el aire, siendo una simulación muy cercana a la gravedad cero, como si estuviéramos en una nave espacial o centro espacial en el espacio.
-¡Esto es increíble!- dijo Max emocionada.
-Me siento muy ligera- dije.
-Esto sí que es un muy buen entrenamiento para los astronautas. No lo es mismo desplazarse en cero gravedad que con gravedad o con la gravedad de la Luna- dijo Meloetta mientras giraba en el aire como una bailarina.
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Reporte de misión: Operación Pangea
AventuraPara salir del aburrimiento, acepté una misión y me dirigí a Hoenn para cumplirla. La misión: capturar de Groudon y Kyogre, que estaban en poder del Equipo Aqua y Equipo Magma.