Baje del avión, y fui a buscar mi maleta, estaba bajando para buscar la salida ya tenía mi maleta, cuando ví a lo lejos a ¿Michael? Nah, no creo, en eso noté que la mirada del chico estaba sobre mí. Bajé de la escalera y ví que se acercaba hacía mí, me preocupe y empecé a ver a los lados a ver dónde podía escapar, y por estar viendo como escapar, no noté que él ya estaba frente a mí y me habló.
- TN me alegro que hayas tenido un buen viaje - Me dijo, suspiré aliviada ya que era Michael.
- Claro, Michael, por cierto, no es por nada, pero ¿Podrías dejar de sacarme estos sustos? En serio, yo ya estaba viendo por dónde me iba, me habías asustado, en verdad, Michael - Le dije mientras caminabamos a la salida, él sonrió leve, y se rió - No es divertido, Michael, ¿Te gusta reírte de las desgracias de otros? ¿Verdad?
- ¿Qué? No, por cierto ¿Por qué andas tan así?
- ¿Así como? Michael.
- Así, buscando pelea y algo molesta.
- Bueno, no sé, me acabo de bajar de un vuela de 4 horas, no sé. - Los guardias que estaban en la puerta, sólo nos vieron, quizá pensaron que éramos una pareja peleando.
- ¿Estás en tus días rojos? ¿No? - ¿Cómo demonios lo supo? Me quedé atónita, tanto así que me quedé parada. - ¿Adivine?
- N-... Sí, ¿Cómo? - Le dije, andaba así desde el 24 ya casi se me iba. Sonrió divertido.
- No se, estás un poco irritable. No sé porque lo dije, sólo, se me salió, no pensé que en verdad estuvieras en tus días rojos. - Me dijo tímido, reí suavemente, y sentí que algo bajo allí. Maldeci para mí misma. Ví que la expresión de Michael cambio de tímida a sorpresa y vergüenza. - ¿Que paso? - Pregunté. Él se quitaba su suéter.
- Creo que, tuviste un peque- bueno, no es pequeño pero tuviste un problema. - Vi que me pasaba el suéter por la cintura, Dios por favor dime qué no está pasando lo que creo que está pasando. Bajé mi vista, y no me había equivocado, tenía semejante mancha de sangre en el pantalón, justo a mí se me ocurrió ponerme un pantalón de tono pastel para que no me reconocieran. - TN, vámonos.
- ¿Vámonos? - Le Pregunté.
- Sí, te vine a traer ¿No? Además no pienso dejarte ir a cualquier lugar así. - Me dijo, yo me avergoncé.
- ¿Qué? No, no te preocupes, no quiero manchar tu auto, y mucho menos tú chaqueta, sólo, me pondré otra y me iré, no hace falta.
- No, TN, vamos, no pienso dejarte subir a un taxi así, y por el auto, no importa, en verdad, vamos.
- No dejaras de insistir hasta que diga "está bien, vamos" ¿Verdad? - Él asintió, inhale profundo, y accedí, iba con toda la pena del mundo, él tomó mi mano y así con su mano agarrada a la mía, fuimos hacia su auto.
- Anda, entrá - Me dijo abriendo la puerta del copiloto.
- Ehh, Michael, creo que mejor iré atrás, no quisiera manchar el asiento de copiloto. - Le dije.
- No te preocupes, anda, no pienso dejarte ir atrás, y no me digas que no, porque no dejaré de insistir.
- Eres una terco.
- Y lo sabes perfectamente bien, hermosa. - "Me dijo hermosa" pensé y una sonrisa tímida se formó en mi rostro.
Subí a su auto, y él se fue hasta el asiento de piloto, él iba como si nada y yo con la pena más grande del mundo, le dije que me acercará a mi casa. Insistió en dejarme en ella, y no, no pude negarme, al final él entro. Una vez llegamos le dije que me esperará un momento, me fui al baño y cambié la toalla. Maldiciendo mi suerte.
- Maldita toalla que no sirve ni mierda, y lo peor es que justo me tenía que pasar esto frente a él ¿Por qué? ¿Que tan desgraciada debo para que seas feliz maldita naturaleza y destino? - Tras decir esto golpee mi cabeza con la pared del baño, llorando de la vergüenza y la frustración. - ¿Cómo voy a verlo a la cara de nuevo?... ¡Su chaqueta! Dios, por favor que no se haya manchado. - Como te darás cuenta, amo hablar sola, tras decir eso, fui a verlo, suspiré aliviada por suerte la mancha no se había pasado.
Me lave las manos y sacudí su chaqueta, cuando baje, lo vi jugando con un adorno en la mesa que era un torogoz (Barranquero) el ave nacional de mi país, este estaba tallado en madera sonreí al ver sus acciones, ya que jugaba tal cual niño. Cuando él me vió recostada levemente en la entrada de la sala dejó el adornó en su sitio y me sonrió nervioso.
- Yo... Sólo, lo estaba viendo - Me dijo, reí alzando una ceja.
- Si tú lo dices. - Hablé en respuesta a sus palabras - Por cierto, toma, no se mancho. Por suerte - Murmuré lo último, él tomó su chaqueta.
- ¿Ves? No era tan difícil venir desde el aeropuerto hasta aquí, como pensabas, el auto está como nuevo. Bueno, sólo, ignora algunos rayones que tiene. - Dijo y reímos ambos.
- ¿Quieres comer algo? No sé. Tómalo como mi forma de agradecimiento - Le pregunté.
- No tienes que agradecer, pero, si quieres está bien.
- Bien, ¿Te gusta la pasta?.
- Sí, sí.
- Bueno, entonces, iré a prepararla ¿Te parece en salsa de tomate? - Él asintió.
- Te ayudo.
Y así fue como ambos entre juegos preparamos un delicioso spaghetti, comimos y charlamos, me encantaba la forma en la que se comportaba, estaba segura que si se tratase de cualquier otro hombre, hubiera salido corriendo, quizá, pero él, me ayudó y me trajo a casa, y él tomaba esto como algo normal, como realmente es, no entiendo porque da tanto sentimiento a los hombres hablar de esto, incluso a algunas mujeres, cuando es algo totalmente normal. Él ignoraba esto.
Pronto, le había empezado a contar sobre lo que había pasado, él era muy bueno oyendo a la demás gente, era bueno dando consejos, estábamos en el sofá, yo hablaba de lo había pasado durante mi estancia en El Salvador, sobre mi mamá, sobre mi padre.
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Holii ¿Cómo están? Espero que bien.
Aquí les dejó este capítulo y ya empiezo a trabajar con el otro, ando motivada :)
Por cierto, este es el ave "Torogoz"
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Protect Me Michael
FanficUna chica que tras vivir por muchas cosas que alteraron su paz interior y salud mental, tras tantos años de anhelo esperando cruzar el velo de la muerte, un día "cualquiera" conoce a un chico de tes oscura y grandes ojos café; ella que siempre pensó...