Ace no se sentía muy comodo con su cuerpo.
Lleno de inseguridades y angustia, siempre creyo en las palabras de aquellos hombres en el bar, las cuales se repetían constantemente en su mente y le recordaban sus orígenes.
Sabo lo había notado y en el fondo sabía que Luffy también, pero nunca lo hablaron y después de la muerte del primero ninguno se atrevió a sacar el tema.
Luffy tampoco era el más hábil al hablar y tambien era muy olvidadizo, por lo que se zanjó el tema antes de que siquiera se iniciara una conversación.
Es por eso que ahora, años después en el Moby, se siente tan consternado al observar su reflejo en el espejo de su habitación.
Sus pecas lo hacían ver más joven de lo que ya parecía y eso le irritaba enormemente, la forma de su cara le era desagradable, sus ojos parecían demasiado alejados, sus labios eran pálidos y poco carnosos y su cabello le provocaba náuseas.
Su cuerpo por otra parte le era menos molesto y aunque todavía tenía cierto disgusto por ello, al menos podía enorgullecerse de tener una buena figura.
Sin embargo, a comparación del resto de los whitebeards, Ace no tenía un gran atractivo.
Iniciando con Marco, quien no le molestaba enseñar sus bonitos abdominales al mundo y su esbelta y seductora apariencia, junto con su tez un poco más bronceada y su guapo rostro, los cuales solo le complementaban a la apariencia del mayor.
Marco era su hermano, pero eso no significaba que Ace no admitiera que el rubio era atractivo como el infierno y tampoco ayudaba que pasara demasiado tiempo con él.
En fin, incluso si a veces se sonrojaba y su corazón latía con demasiada fuerza cada vez que el comandante estaba cerca, Ace se recordaría que no valía la pena sacrificar la grata amistad que ambos tenían y mucho menos por algo tan banal como los sentimientos románticos.
Marco era demasiado para Ace y el rubio merecía algo mejor que un niño inmaduro que solo lo seguía como un cachorro sin dueño.
Ace nació con una sangre maldita y a pesar de saber que Marco no lo juzgaría por ello, todavía dudaba de que le gustaría estar cerca de él de esa forma.
Por otra parte, el resto de los comandantes no estaban del todo mal, Izo tenía una belleza que atraía a cualquiera que se le cruzará, Thatch siempre lograba ser el centro de atención sin ni siquiera intentarlo y Vista tenía una caballerosidad que siempre resultaba en un extraño romance asegurado con alguna señorita del lugar.
Ace no era tan deslumbrante o carismático como ellos, no tenía la picardía de Izo al ligar o la diversión irresistible de Thatch, tampoco tenía la confianza y presencia de Marco ni la cortesía de Vista.
Ace solo era como cualquier otro adolescente angustiado de su especie, incomodo ante los halagos y nervioso hacía cualquiera que se le acercara.
No sabía ligar y de igual forma no sabía captar indirectas de los demás, lo cual solo terminaba por enterrar su nula vida romántica.
Siempre recibía burlas por ser demasiado denso y sus inseguridades no ayudaban en lo absoluto a la hora de hablar.
Tartamudeaba y se trababa cada vez que alzaba la voz hacía una mujer, su rostro se sonrojaba y sudaba interminablemente.
Ace culpaba a la adolescencia y la maldecia abiertamente por hacerlo de esta forma.
No, no era su culpa no poder corregir la orden que le había dado al camarero de ese restaurante que había ido hace unas semanas.
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Stay Gold
Fanfiction"Incluso si la vida es difícil, sigue viviendo." Tw: Menciones de ataques de panico, baja autoestima, suicidio y auto percepción erronea. Pareja: Marco x Ace [ Una serie de relatos y eventos enfocados específicamente entre Ace y los Whitebeards, p...