Lo veía entre la noche, con las nubes grisáceas atormentadas entre sí y el frío viento de otoño recorriendo sus huesos.
Sentía que algo pasaría, una sensación de pesadez y augurio que temblaba en su interior, pero no había ninguna forma de expresarlo, nada que realmente hiciera sentido en su boca para decirlo abiertamente. Ni siquiera a Marco, quien siempre lo aceptaría sin importar que.
Removiéndose en sus cobijas, Ace suspiró sintiéndose tan cansado como nunca. Incluso después de haberse sentido tan extasiado durante los últimos días recordando cada evento y sonrojándose como un novato, aún así no pudo evitar tener el presentimiento de que algo malo iba a pasar.
Había esta sensación retorciéndose en su estomago y agitando sus entrañas al punto de querer vomitar. Ace miro hacía el roñoso y café techo , sin nada a lo que detenerse, pero perdiéndose en su pensamientos.
No quería arruinar el momento, ni mucho menos interrumpir la supuesta fase de luna de miel que tanto Thatch había estado jodiendo desde que se enteraron que Marco y él ahora estaban juntos, pero el desliz de algo pasando por alto en su mente le seguía enviando alarmas, tan ruidosas y molestas, pero necesarias después de todo. Como si dentro de todo el bullicio y emoción hubiera ignorado algo, una figura en las sombras o un fantasma en el corredor.
Recuerda muchas cosas; recuerda los brazos de Marco alrededor de su cintura mientras se acurrucaba contra él cuando nadie los veía en el almuerzo, recuerda el sermón que Izo les dio acerca de usar protección y la risa traicionera y estruendosa de su padre cuando los dejo a solas con el geisha para evadir esa plática. Recuerda la emoción de Thatch al enterarse y las palabras "Ya era hora" murmuradas por Haruta mientras los veía juntos.
Recuerda sus comidas del día y el como ayudo a una niña a conseguir un globo que se había quedado atorado en un árbol durante el último día en la isla. También recuerda los tesoros que Vista trajo, la lagartija que Namur adoptó y la fruta peculiar que Thatch encontró en la bahía mientras no estaba.
Pero sin importar que o cuantos recuentos hiciera, siempre había una pieza faltante en su cabeza, algo que hacía que todo se sintiera mal, como una señal que lo atormentaba constantemente que la viera e hiciera algo, solo que Ace no sabía que.
Decidió salir afuera y estirarse un poco, con la consciencia alterada y los nervios preocupados, poco podría hacer en la cama revolcándose como una lombriz mientras su corazón latía hasta el punto de estallar.
Una suave y fresca brisa le dio la bienvenida, el cielo estrellado le recordó a la dulce noche que había tenido junto con su ya ahora novio, lo cual a Ace le seguía mareando ese término. Pero dentro de todo, la oscuridad y el silencio seco recorrieron sus músculos como una aventura sin explorar.
Quería decir que era una sensación agradable, pero estaría mintiendo si fuese así, en realidad era algo más ameno, casi como un sonido sordo que seguía ahí martillando en su cerebro.
Sin saber a donde ir, camino por la cubierta, con la madera rechinando por cada paso que daba y el tambaleó cansado de sus pies tratando de evitar hacer demasiado ruido.
¿Debería ir con Marco? Se preguntó. No quería ser demasiado pegajoso con el rubio, especialmente por la gran cantidad de carga que azotó al comandante después de sus mini vacaciones en la isla. Al parecer alguien de la tripulación había golpeado a un lugareño múltiples veces en aquella área sensible y se había vuelto un problema cuándo la persona afectada resultó ser el hijo del alcalde.
Cuando le preguntó a Marco de ello, solo le dijo que no se preocupara y que él se encargaría de todo el asunto, pero desde entonces había estado ocupado resolviendo cada incidente dentro del barco.
Ace suspiró dispuesto a rendirse y volver a su cuarto, justo cuando escucho un ruido a la distancia. Parecía un constante golpeteo en la madera, demasiado diminuto para ser un solo golpe, trató de no hacerle caso pero el sonido de algo arrastrándose detrás le llamo la atención.
No creía que Kotatsu a esta hora estuviera haciendo travesuras molestando a los demás y tampoco parecía algo tan lejano, así que con el corazón en la mano, exhalo y caminó hacía donde escuchó el ruido.
Conforme avanzaba, la previa sensación que había tenido se agrandaba, como un estanque a penas visto hundiéndose en su pecho y las ganas de vomitar balanceándose como el mar.
Pronto, una ola de jadeos se escucharon, pero al contrario de lo que muchos creerían, había algo doloroso en ello, la persona no se escuchaba feliz ni contenta, ni tampoco alguien que estaba tratando de no ser descubierto.
Atrás de un corredor, Ace sintió como su respiración se cortaba y su mundo se estrellara.
Había sangre. Mucha sangre en el piso y era reciente.
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Es un capitulo corto, pero adivinen a quien le dio Covid jaja.
Igual decidí agregar drama porque sentí que Ace estaba siendo muy feliz últimamente. 😁
¡Gracias por leer!
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Stay Gold
Fanfiction"Incluso si la vida es difícil, sigue viviendo." Tw: Menciones de ataques de panico, baja autoestima, suicidio y auto percepción erronea. Pareja: Marco x Ace [ Una serie de relatos y eventos enfocados específicamente entre Ace y los Whitebeards, p...